El jefe de inmigración de México enfrentará cargos penales por el incendio en que murieron 40 migrantes en un centro de detención el mes pasado, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no destituirá al funcionario conocido por su línea dura sobre la migración hacia el norte.
La decisión de Obrador de mantener a Francisco Garduño como director del Instituto Mexicano de Migración pareció entrar en conflicto con el anuncio de la Procuraduría General de la República de acusar a Garduño en relación con el incendio.
Eso muestra, tanto cierta separación de poderes en México como el dilema que enfrenta el gobierno mexicano. López Obrador y su administración están luchando con la presión de Estados Unidos para frenar el flujo de migrantes, mientras que la comunidad internacional les pide que traten a los migrantes con humanidad y seguridad.
Los comentarios de López Obrador se produjeron el mismo día en que los familiares se reunieron en la zona rural de Guatemala para celebrar los funerales de algunas de las víctimas del incendio mortal.
Miles de personas se dieron cita en el pueblo guatemalteco de Chicacao para el funeral de Francisco Gaspar Rojché Chiquival y su tío Miguel Rojché Zapalu, dos de los 19 guatemaltecos que murieron por inhalación de humo o quemaduras en el incendio del 27 de marzo.
“Estoy destruido, estoy herido”, dijo el padre del joven, Manuel Rojché. “Este es un golpe muy duro”.
La familia había entregado el título de propiedad de su tierra para recaudar los $15,000 que exigían los contrabandistas para llevar a Rojché Chiquival a Estados Unidos. Están dispuestos a perder la tierra. La única posesión que dejó el joven de 21 años, su amada motocicleta, viajó con su ataúd en la procesión al cementerio local.
Los hombres murieron después de que un migrante prendiera fuego a los colchones de espuma en protesta, y los guardias huyeron sin abrir las puertas de las celdas.
“Ese presidente es un cobarde”, dijo Manuel Rojché sobre López Obrador. “¿Cómo se puede tratar así a la gente, ni siquiera a un animal, mucho menos a un ser humano?”.
Garduño, abogado y criminólogo, fue llamado para hacerse cargo del trabajo de inmigración en junio de 2019, ya que México estaba bajo la presión de la administración Trump para disminuir el flujo de migrantes.
El instituto mexicano de inmigración se ha visto afectado durante años por reiteradas denuncias de violaciones de derechos humanos y condiciones insalubres en el centro para los migrantes, condiciones que incluyen ventilación inadecuada, agua limpia y alimentos. También ha habido numerosas denuncias de corrupción. Bajo Garduño, el instituto tomó una línea más dura.
