Además de una inversión de más 400 millones de dólares del gobierno, Japón acaba de crear un consorcio de 150 empresas privadas y públicas y fija un objetivo de capacidad para 2040 para acelerar la introducción de paneles solares flexibles de próxima generación de perovskita, una tecnología japonesa, que pretende doblegar a la industria fotovoltaica china con módulos más eficientes, versátiles y duraderos.
Hace tiempo que Japón perdió su liderazgo en la producción de silicio contra China, pero el país está tomando medidas para no repetir los mismos errores en el negocio de la perovskita.
El consorcio fijará este verano un objetivo de capacidad en células de perovskita para el año 2040, según Nikkei. Las proyecciones actuales lo sitúan en 38,8 gigavatios, con perspectivas de superar la capacidad de los paneles solares convencionales (70 GW) en la década siguiente, llegando a una capacidad de 84,2 GW en 2050.
Se parezca o no a estas proyecciones, el objetivo quedará reflejado en el plan estratégico de energías renovables del gobierno, que tendrá que ser actualizado, ya que la versión de 2021 no incluye objetivos de capacidad para paneles solares de perovskita.
El consorcio está liderado por Toshiba y Sekisui Chemical, que ya están desarrollando células del nuevo material y planean comercializarlas tan pronto como el 2025.
Otros miembros destacados del consorcio son Panasonic, el proveedor de componentes de coches Aisin, el fabricante de productos químicos Kaneka y Japan Railways Group.
Entre las entidades públicas que se han sumado al consorcio están el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón y un centenar de gobiernos locales, incluido el Gobierno Metropolitano de Tokio.
Las perosvkistas fueron inventadas por el científico japonés Tsutomu Miyasaka. Estas células fotovoltaicas tienen una estructura cristalina similar a la del mineral del mismo nombre. Son más eficientes en la conversión de luz solar en electricidad y pueden ser más baratas de producir. Además, se degradan cada vez menos.
También son más delgadas y flexibles que las células de silicio, lo que abre un abanico de nuevas posibilidades para su instalación. Pueden ir en balcones, marquesinas, vehículos y otros lugares donde instalar paneles solares rígidos es imposible o poco práctico.
En plena transición energética, la industria solar china domina más del 80% de la cadena de suministro y una porción aún mayor de la producción de polisilicio. Esto ha derribado los precios de los paneles solares, creando al mismo tiempo una dependencia casi total de la tecnología china.
Una vez que las células de perovskita han avanzado hasta superar la eficiencia de las convencionales de silicio, Japón ha visto clara la oportunidad y está subiendo su apuesta.
Hoy en día existen dos tipos de paneles solares de perovskita: de película y de vidrio. La apuesta de Japón es por los flexibles de película, pero queda mucha investigación de materiales por hacer para alcanzar la eficiencia de los paneles convencionales sin usar metales tóxicos que la industria arrastra desde hace años, como el plomo.