Feliz cumpleaños Gabo. Hoy, el maestro de la literatura colombiana cumplirÃa 96 años. Gabriel GarcÃa Márquez fue uno de los escritores más importantes de la narrativa latinoamericana y creador del denominado realismo mágico.
Gabo, como le decÃan, nació en Colombia el 6 de marzo de 1927. La escritura siempre fue su pasión y comenzó su carrera como periodista mientras estudiaba derecho en la universidad. Entre sus libros más conocidos, se encuentran: El coronel no tiene quien le escriba (1961), El amor en los tiempos del cólera (1985), El general en su laberinto (1989), El otoño del patriarca (1975). Pero quizá su obra más emblemática sea Cien años de soledad, la novela que narra las peripecias de la familia BuendÃa a lo largo de las décadas y que tiene a Macondo como espacio emblemático y mágico. Mezcla entre ficción y realidad, dicen que GarcÃa Márquez se inspiró en su propia infancia para construir a los personajes y situaciones de esta historia que ha quedado en la memoria colectiva. La novela se tradujo a más de 25 idiomas y se han editado millones de ejemplares.
A través de su gran obra GarcÃa Márquez creó un universo absolutamente propio y particular, donde la magia y la realidad cotidiana parecen ser dos caras de la misma moneda. La realidad latinoamericana aparece reconstruida con todas sus problemáticas y conflictos, pero con toda la fantasÃa y la imaginación que puede habitar en lo cotidiano. Sus novelas y cuentos han hecho emocionar a millones de personas alrededor del mundo.
Hijo de Gabriel Eligio GarcÃa y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, nació en Aracataca, departamento del Magdalena, Colombia, «el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana…», como refiere el escritor en sus memorias.​ Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, el coronel Nicolás Ricardo Márquez MejÃa, se opuso a esa relación, pues Gabriel Eligio, telegrafista, no era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera, pertenecer al Partido Conservador Colombiano y ser un mujeriego confeso.
Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó con serenatas de violÃn, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos. Al fin, la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse, lo cual sucedió el 11 de junio de 1927 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspirarÃa más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera.
Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y en enero de 1928, se mudó con Luisa a Barranquilla, dejó a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos.
Dado que vivió con ellos durante los primeros años, recibió una fuerte influencia del coronel Nicolás Márquez, quien de joven mató a Medardo Pacheco en un duelo y tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres.
El coronel era un liberal veterano de la guerra de los Mil DÃas, muy respetado por sus copartidarios, conocido por su negativa a callar sobre la masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de las bananeras, hecho que GarcÃa Márquez plasmarÃa en su obra.
El coronel, a quien Gabriel llamaba Papalelo, lo describió como su «cordón umbilical con la historia y la realidad», fue también un excelente narrador, le enseñó a consultar el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto en el «milagro» del hielo, que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company.
Con frecuencia decÃa: «Tú no sabes lo que pesa un muerto», refiriéndose asà a que no habÃa mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que GarcÃa Márquez más tarde incorporarÃa en sus novelas.
Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, era de origen gallego, asà lo manifestó Gabo en diferentes ocasiones,​ a quien llama la abuela Mina y describe como «una mujer imaginativa y supersticiosa»​ que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, le fue de tanta influencia como su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal inspiradora literaria, pues le inculcó la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo natural cuando contaba historias, sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los referÃa como si fueran verdad irrefutable.