Falleció senadora Piedad Córdoba en medio de polémicas. Su vida transcurrió entre el liderazgo político y los cuestionamientos.
Fue una de las figuras más destacadas de la izquierda colombiana por su papel activo en la defensa de las mujeres y minorías étnicas.
Llegó a vivir en el exilio, estuvo secuestrada y fue clave en la resolución de una parte del conflicto armado en Colombia.
Sufrió varios señalamientos por su cercanía con la izquierda, como el fallecido Hugo Chávez y por sus vínculos con la extinta guerrilla de las FARC.
Para su último periodo en el Congreso -electa en 2022 por la lista del Pacto Histórico- se vio obligada a asumir su cargo como senadora desde un hospital en Medellín, Antioquia.
En esa misma ciudad, falleció este 20 de enero tras un infarto, cinco días antes de su cumpleaños número 68.
Piedad Córdoba
Córdoba nació en una familia de educadores en el departamento del Chocó. Se graduó como abogada de la Universidad Pontificia Bolivariana en 1977, mientras también ejercía como líder comunal en los barrios de Medellín. Allí estableció una estrecha relación con el exsenador y exalcalde de Medellín, el liberal William Jaramillo.
Bajo su guía, Piedad Córdoba inició su incursión en la política. Durante el periodo de Jaramillo como alcalde (1986-1988), la designó como su Secretaria Privada.
De ese modo, la exsenadora comenzó su carrera política en el Partido Liberal, con el que obtuvo sus primeros cargos de elección popular. En 1988, ingresó al Concejo de Medellín y posteriormente ocupó una curul en la Cámara de Representantes por Antioquia, entre 1992 y 1994. Luego, heredó las banderas y la curul de su padrino político, llegando al Senado para el periodo 1994-1998.
La Procuraduría General de la Nación la destituyó e inhabilitó por 18 años para ocupar otros cargos públicos. No obstante, en 2016, el Consejo de Estado revocó dicha decisión.
Se destacó por abordar en su agenda legislativa temas relacionados con la resolución de la guerra en Colombia, especialmente sobre la salida negociada al conflicto armado, lo que le costó su libertad en 1999, cuando fue secuestrada por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Aunque fue liberada luego de varias semanas de cautiverio, tomó la decisión de exiliarse en Canadá junto a su familia para preservar su seguridad e integridad.
Retornó a los meses a Colombia. También fueron víctimas algunos de sus cercanos, como su asesor político, Jaime Gómez Velásquez, quien desapareció en marzo de 2006 y sus restos fueron encontrados hasta abril del mismo año.
Aunque en varias ocasiones fue considerada como posible candidata presidencial por el Partido Liberal, nunca confirmó dicha aspiración y optó por la reelección como senadora.
En 2010 obtuvo la votación más alta de su carrera política y la tercera más alta de la colectividad, de la que fue miembro hasta el 3 de noviembre de 2021.
Renunció para unirse al Pacto Histórico y por varias diferencias con el director del partido, el expresidente César Gaviria.
En el Senado, perteneció a varias comisiones, incluyendo la Comisión Quinta sobre asuntos de Minas y Energía.
Electa en 2022 con el Pacto Histórico y con el aval de la Unión Patriótica, ocupó un puesto en la Comisión Séptima, donde alcanzó a participar en debates de proyectos gubernamentales, como la reforma pensional.
A lo largo de su carrera, también estuvo en la comisión de Derechos Humanos, la de Paz y la de Relaciones Exteriores. Promovió proyectos en apoyo de madres comunitarias, mujeres cabeza de hogar, la comunidad afro, la comunidad LGBTIQ+ y en contra de la violencia intrafamiliar.
En medio de polémicas
La cercana relación entre Piedad Córdoba y Hugo Chávez le costó varias polémicas. Esa conexión, combinada con su interlocución con las FARC y su interés en el diálogo, generó serios señalamientos.
Pese a su oposición al gobierno de Álvaro Uribe, en 2007, Córdoba fue designada como facilitadora entre las extintas FARC y el gobierno colombiano.
El objetivo de ese diálogo era lograr la liberación de personas secuestradas a cambio de la liberación de guerrilleros presos.
No obstante, el gobierno de Uribe cuestionó la labor de la exsenadora, acusándola de no respetar los acuerdos y filtrar información a la guerrilla. Por eso fue retirada de la intermediación.
De todos modos, Córdoba, junto al trabajo con Hugo Chávez, logró durante ese periodo la liberación de 6 secuestrados.
A pesar de ser apartada del trabajo de interlocución, Córdoba continuó siendo cercana a Chávez y abanderó la causa por la liberación de otros secuestrados. Además, llegaron más señalamientos por su asociación con las FARC, debido a fotografías en el Palacio de Miraflores en Caracas, en las que se le veía cercana a guerrilleros”.
Por documentos encontrados en el computador de alias Raúl Reyes, fue nuevamente acusada por su cercanía al grupo armado, presuntamente bajo el alias de “Teodora de Bolívar”.
Aun así, Córdoba siempre negó tener relación con ese seudónimo. También fue cuestionada luego de la detención de su hermano Álvaro Córdoba, por narcotráfico y otros delitos relacionados con alias Gentil Duarte.
Álvaro Córdoba fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2023.
En la Corte Suprema de Justicia, Piedad Córdoba tenía unos pendientes por investigaciones relacionadas con Farcpolítica e incluso, enriquecimiento ilícito, como lo dejó conocer la magistrada Cristina Lombana.
Uno de sus asesores, Andrés Vásquez, le aseguró a la Fiscalía que la exsenadora sí era conocida como alias “Teodora” y que “habría capitalizado políticamente la entrega de secuestrados”.