By Hay expectativa ante orden ejecutiva de Biden sobre IA (inteligencia artificial) pues entre otras cosas se espera que utilice el poder de compra del gobierno federal.
Se espera que la Casa Blanca también se apoye en el Instituto Nacional de Normas y Tecnología.
El objetivo es fortalecer las pautas de la industria sobre pruebas y evaluación de sistemas de inteligencia artificial.
La expectativa gira en torno a que esta orden requiera que las empresas de computación en la nube supervisen y rastreen a los que desarrollen sistemas de IA poderosos.
Es probable que la orden ejecutiva contenga disposiciones para agilizar el reclutamiento y la retención de talento en inteligencia artificial del extranjero.
Asimismo la expectativa en torno a la orden ejecutiva es que fomente la capacitación y educación en inteligencia artificial en el país.
La Casa Blanca se negó a hacer comentarios sobre disposiciones específicas en la orden ejecutiva. Se espera que se publique a finales de octubre.
La fuerza impulsora
Con el Congreso luchando por avanzar en una legislación amplia sobre inteligencia artificial, la Casa Blanca se ha convertido en la fuerza impulsora sobre las normas de IA.
En julio, Biden anunció que su oficina estaba redactando una orden ejecutiva, la medida más definitiva de la administración hasta la fecha.
La misma estaba destinada a contener los riesgos de la inteligencia artificial y al mismo tiempo proteger la competitividad estadounidense en una carrera tecnológica global.
La estrategia de la Casa Blanca es utilizar la influencia del mercado de Washington para influir en los proveedores de IA que compiten por contratos gubernamentales.
Pero Estados Unidos está en gran medida a la zaga. Europa avanza hacia la aprobación de su innovadora Ley de Inteligencia Artificial.
La acción ejecutiva se basará en años de esfuerzos de la Casa Blanca para establecer normas de inteligencia artificial.
La Casa Blanca de Trump emitió una orden ejecutiva para impulsar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial en 2019.
En 2022, la administración Biden emitió su Carta de Derechos de la Inteligencia Artificial no vinculante, que describía las posturas de la administración sobre la regulación.
Después del lanzamiento de ChatGPT de OpenAI , Biden firmó una orden ejecutiva que requería que las agencias federales protegieran al público de la «discriminación algorítmica».
Desde entonces, la Casa Blanca ha logrado que 15 de las principales empresas de IA firmen compromisos voluntarios sobre seguridad, protección y confiabilidad.
En otro orden de ideas un tribunal federal emitió una orden de restricción contra una agencia clave dentro del Departamento de Seguridad Nacional(DHS).
