El Banco Central Europeo (BCE) ha actualizado sus previsiones macroeconómicas para la eurozona (área compuesta por los 20 países de la Unión Europea que usan el euro) este jueves y al igual que en las ocasiones anteriores, ha recortado sus cálculos sobre el crecimiento al mismo tiempo que contempla una mayor subida de los precios, dando forma así a un escenario de estanflación (estancamiento de la economía y alta inflación).
El BCE proyecta que el producto interior bruto (PIB) de la zona euro solo crecerá un 0,7% en todo 2023, cuando la previsión anterior era dos décimas superior. Para 2024 el pronóstico del PIB baja cinco décimas al 1% y de cara al año siguiente pasa a ser del 1,5% (antes 1,6%).
La economía se estancó en el primer semestre [de este año] y los últimos indicadores sugieren que también ha sido débil en el tercer trimestre”, ha señalado Christine Lagarde, presidenta del banco central, en la rueda de prensa de este jueves.
Según los últimos datos de Eurostat (la oficina estadística europea), el PIB de la eurozona apenas se expandió un 0,1% en el segundo trimestre respecto al anterior, e igualmente aumentó solo una décima intertrimestral entre enero y marzo.
El principal lastre de la región de la moneda única es ni más ni menos que su mayor potencia, Alemania, cuyo PIB se estancó entre abril y junio tras haber sufrido una recesión técnica a principios de año. Y todo apunta a que el retroceso económico alemán podría volver a producirse pronto.
Al BCE le preocupa especialmente el sector terciario de la economía, el que tiene más peso en el PIB, cuya actividad en el conjunto de la zona euro se contrajo en agosto por primera vez en siete meses, según los indicadores adelantados (los PMI). “El sector de los servicios, que hasta ahora se había mostrado resistente, también se está debilitando”, ha destacado Lagarde ante los medios.