Rafael Lacava, gobernador del estado de Carabobo, se reunió con dirigentes y empresarios chinos en un esfuerzo oficialista por realinear sus intereses con el gigante asiático y según un video publicado en redes sociales, se le ve ofreciendo diamantes producidos en su región.
Se ha viralizado en las redes sociales un video en el cual, el gobernador Lacava, miembro de la dirección nacional del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, aparece reunido con funcionarios chinos, afirmando que la economía venezolana “está en una transición, que tiene como referencia al modelo chino”.
Dentro de la estructura de poder del oficialismo, Lacava, -un extravagante gobernador que se ha transformado en uno de los gestores públicos del chavismo, siempre visto con recelo por la ortodoxia revolucionaria estatista, anti-empresarial y comunal que expresan dirigentes como Diosdado Cabello, el denominado “chavismo originario”.
Aunque tiene detractores internos y es criticado por la oposición en las redes sociales, Lacava ha ido ocupando espacios de poder en virtud de su lealtad personal a Maduro.
El dirigente político afirmó luego que ha viajado a Shanghái en calidad de enviado personal de Nicolas Maduro y agregó que “por eso es que él ha venido tantas veces”. El flujo de funcionarios presentes en el gigante asiático, sostuvo, es una clara muestra del interés en desarrollar un camino de socialismo de mercado.
Los comentarios de Lacava ha tenido impacto en el debate local y parecen abonar en lo que es una impresión relativamente generalizada entre analistas económicos: que el giro a la economía de mercado que ha decidido el gobierno chavista a partir de 2019 ha llegado para quedarse y que quedan para otro momento los conflictos con el capital, la toma de empresas, las nacionalizaciones masivas, el gobierno obrero y los controles desproporcionados de la economía.
Aunque en lo político las relaciones entre ambas naciones han sido excelentes, y Venezuela se ha ocupado de acompañar todas las demandas e inquietudes chinas en el ámbito internacional -así como China las de Venezuela, en el campo económico los desencuentros han sido frecuentes y las experiencias no han sido tan buenas.
Desde los tiempos de Hugo Chávez, China ha prestado a Venezuela millones de dólares para financiar proyectos de desarrollo -petroleros, de infraestructura, agrícolas e industriales, bajo la promesa de garantizar la transferencia tecnológica- que se han evaporado en el marco de la corrupción sistémica del gobierno bolivariano, y que han irritado a Pekin.
Uno de los ejemplos mas elocuentes de este entuerto lo representa el caso del denominado ¨Fondo Chino¨: un acuerdo que logro Chávez con Hu Jintao para crear una cuenta de carácter rotatorio destinada a financiar diversos proyectos de desarrollo, y que a la larga se ha convertido en uno de los casos de corrupción más conocidos de los muchos del chavomadurismo.
Se ha colado desde diversas fuentes que varios funcionarios chinos le han prestado quejas a Maduro por el manejo tan desordenado y dispendioso de los recursos prestados en este tiempo. La deuda de la nación con China -en particular, la deuda de Petróleos de Venezuela- es gigantesca.
A causa de estas experiencias fallidas, los chinos no le habían vuelto a prestar más dinero a Venezuela. Por diversos motivos, las empresas petroleas chinas presentes en el país, privadas y públicas, habían paralizado hasta el mínimo sus operaciones en el país, que recién ahora se reactivan.
“Creo que esta es una declaración orientada hacia lo económico, que no tiene necesariamente impacto en las decisiones políticas”, afirma el economista y académico Leonardo Vera. “El caso de las zonas económicas especiales que ha presentado Maduro es un buen ejemplo. China tiene 15 años siento un aliado fundamental de Venezuela, y la cooperación planteada en este momento consiste en abrirle camino a sus empresarios para que inviertan en Venezuela, pero no creo que haya dinero, ni préstamos para compras de proselitismo electoral. Los chinos han perdido mucho dinero en Venezuela, han fracasado, sus inversiones son muy bajas y difícilmente pongan la experiencia local como un ejemplo”.