En una cena que hubo el sábado en la Quinta Presidencial de Olivos, sindicalistas de la CGT se llevaron la palabra de Alberto Fernández de que desde el Gobierno no se impulsará el pago de un bono fijo a los trabajadores para compensar el alza inflacionaria. Se trata de una idea que otra vez es alentada por sectores del kirchnerismo, como el dirigente social Juan Grabois.
En una cena que hubo el sábado en la Quinta Presidencial de Olivos, sindicalistas de la CGT se llevaron la palabra de Alberto Fernández de que desde el Gobierno no se impulsará el pago de un bono fijo a los trabajadores para compensar el alza inflacionaria. Se trata de una idea que otra vez es alentada por sectores del kirchnerismo, como el dirigente social Juan Grabois.
El pago de una suma fija genera hace tiempo rechazo en la cúpula cegetista. Por un lado, porque aplana las categorías. “Achata las carreras”, argumenta un dirigente de un poderoso sindicato del sector servicios.
Pero hay algo más, vinculado con la propia esencia de los dirigentes sindicales: ¿Para qué conducen un gremio si después desde la Casa Rosada les imponen una suba salarial a través de un bono?
Es recordado cuando el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada le pidió al ya fallecido secretario general de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, que no reclamara más liberar las paritarias: “¿Y entonces de qué trabajo, pibe?”.
Pese a la escalada inflacionaria, por ahora ni en el Ministerio de Trabajo ni en la CGT observan que esté por arrancar un reclamo generalizado de reapertura de paritarias.
“Todas las paritarias cerraron en un promedio del 60%. Cuando un gremio empate o pierda contra la inflación, automáticamente se reabrirá su paritaria”, señalaron a Clarín en la cartera laboral.
Este lunes, en declaraciones a una radio el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, sostuvo: “Reabriremos la paritaria si es que queda atrasada respecto a la inflación”.
Según entienden en la CGT, a la mayoría de los sindicatos -casi todos los acuerdos salariales se cerraron entre marzo y junio- aún les queda changüí y no pedirán la reapertura de sus paritarias.
“Yo firmé en junio y tengo revisión en octubre. Salvo que haya una explosión inflacionaria, me parece que llegaremos bien a octubre para renegociar recién ahí”, dijeron en un sindicato clave.
En otros gremios dieron respuesta similares, aunque aventuraron que quizá a fines de septiembre ya empiecen a verse reclamos de revisiones salariales.
Entre los grandes gremios aparece una excepción: la UOM. El sindicato metalúrgico, que fue uno de los primeros en cerrar un acuerdo salarial este año, firmó en marzo por el 45% en tres partes.
Enseguida esa cifra quedó corta frente al resto de los gremios. Ahora, la UOMreclama una suba extra. Quiere que la suba del 12% que tiene prevista para octubre se adelante a julio y que en octubre se les otorgue un incremento extra del 20%, con lo que totalizaría el 65%.
Este martes por la tarde, en la sede de la UOM, está prevista la tercera ronda de conversaciones. En el sector empresario aseguran que los trabajadores metalúrgicos aún no perdieron contra la inflación, con lo que “todavía hay tiempo para negociar”.
CUMBRE CEGETISTA
Con la escalada inflacionaria como telón de fondo, este jueves volverá a reunirse la “mesa chica ampliada” de la CGT. Entre sus integrantes madura la idea de realizar una marcha antes de que termine julio para reclamar contra el alza de precios.
Se baraja la idea de hacer la protesta el martes 26 de julio, aniversario de la muerte de Eva Perón.
Dirigentes cegetistas consultados por Clarín confiaron que la marcha no sería a Plaza de Mayo por su implicancia política- si no a otro lugar, como el Congreso.
“La marcha será para mostrar el descontento e incertidumbre que reina entre los trabajadores”, dijo un jefe cegetista que impulsa la realización de una movilización.
Y agregó: “Será contra los formadores de precios, pero obviamente también contra el Gobierno. Tiene que reaccionar ante esta desconfianza e incertidumbre”.
El jueves, mientras los jefes cegetistas estén reunidos, el INDEC informará cuál fue la inflación de junio.
DOS CENAS
El viernes pasado, por otro lado, hubo una cena en la UOCRA para agasajar al director general de la OIT, el inglés Guy Ryder.
El encuentro tuvo una particularidad: estuvieron absolutamente todas las tribus sindicales, desde los popes de la CGT hasta los de las dos CTA y el moyanismo. También cantaron presente el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, y el ministro de Trabajo Claudio Moroni. Ryder, el sábado, cenó en Olivos con Alberto Fernández.
