Del resto de los casi 300 migrantes deportados desde la semana pasada en tres vuelos provenientes de Estados Unidos hacia Panamá, como parte de un acuerdo bilateral, al menos 13 ya han regresado por vía aérea a sus países, mientras que otros 177 permanecen en el hotel de la capital panameña tras aceptar el retorno voluntario
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Un grupo de 109 migrantes, de los 299 deportados por Estados Unidos y alojados en un hotel céntrico de Panamá, fueron trasladados anoche a un albergue en la provincia del Darién. Esta región, donde se encuentra la selva homónima que delimita la frontera natural con Colombia, recibió a los migrantes luego de que estos no aceptaran, por el momento, retornar voluntariamente a sus países de origen.
Del resto de los casi 300 migrantes deportados desde la semana pasada en tres vuelos provenientes de Estados Unidos hacia Panamá, como parte de un acuerdo bilateral, al menos 13 ya han regresado por vía aérea a sus países, mientras que otros 177 permanecen en el hotel de la capital panameña tras aceptar el retorno voluntario, según informó este miércoles a EFE una fuente familiarizada con el proceso.
Más tarde, el Servicio Nacional de Migración de Panamá comunicó «la evasión de una ciudadana extranjera de nacionalidad china», quien «presuntamente recibió colaboración externa de individuos que se encontraban merodeando alrededor del hotel». Tras este incidente, quedarían 176 migrantes en el recinto, el cual estaba bajo vigilancia de las fuerzas de seguridad panameñas.
El martes, EFE estuvo en los alrededores del hotel donde se encuentran alojados los migrantes, observando que algunos de ellos escribieron mensajes en las ventanas con frases como «ayuda» o «no estamos seguros en nuestros países».
Los emigrantes en Panamá, bajo custodia
Ese mismo día, el ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, explicó que este grupo de casi 300 migrantes estaba bajo la «custodia» o «protección» temporal del gobierno panameño en el hotel Decapolis, ubicado cerca de la avenida marítima de Ciudad de Panamá.
Además, señaló que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) están a cargo de la «repatriación».
Por su parte, la OIM aclaró que su labor se limita a colaborar “con los funcionarios locales para ayudar a los afectados, apoyando los retornos voluntarios de quienes los solicitan e identificando alternativas seguras para otros”. Asimismo, destacó que brindan «apoyo humanitario, facilitando los retornos cuando sea seguro hacerlo».
Ábrego también adelantó que unos 171 migrantes de los 299 deportados «aceptaron regresar en forma voluntaria».
Los casi 300 migrantes llegaron a Panamá en tres vuelos procedentes de Estados Unidos, que los deportó tras el endurecimiento de sus políticas migratorias con la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca.
Aunque el Gobierno panameño no ha detallado la nacionalidad de todos los migrantes, en el primer vuelo con más de un centenar de deportados llegaron personas de países asiáticos como China, Afganistán e India, entre otros.
Panamá aceptó servir como «puente» para las deportaciones masivas desde Estados Unidos luego de la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, al país centroamericano, en un contexto de tensiones por las amenazas de Trump respecto a la recuperación del Canal.