El hallazgo abre el camino para desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico y estrategias de seguimiento de las enfermedades. Esta herramienta, denominada Ainu, “escanea imágenes de alta resolución de las células.
Los autores advirtieron que “aún tienen que superar importantes limitaciones antes de que la tecnología esté lista para ser probada
Un equipo científico del Centro de Regulación Genómica (CGR), la Universidad del país Vasco, el Donostia International Physics Center y la Fundación Biofísica Bizkaia ha desarrollado una inteligencia artificial que detecta el cáncer y las infecciones virales con precisión nanométrica.
Publicado en la revista ‘Nature Machine Intelligence’, el hallazgo “abre el camino para desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico y estrategias de seguimiento de las enfermedades”, explicó el CGR.
Esta herramienta, denominada Ainu, “escanea imágenes de alta resolución de las células. Las imágenes se obtienen con una técnica especial de microscopía llamada Storm, que crea una imagen que captura muchos más detalles de los que pueden ver los microscopios normales. Las instantáneas de alta definición revelan estructuras con una resolución a escala nanométrica”.
La investigadora del CGR y coautora del estudio Pía Cosma confió en que, “algún día», este tipo de información puede permitir a los médicos ganar tiempo para controlar la enfermedad, personalizar los tratamientos y mejorar los resultados de los pacientes”.
Durante la investigación, la resolución nanométrica de las imágenes permitió que la inteligencia artificial detectara cambios en el núcleo de una célula solo una hora después de que fuera infectada por el virus del herpes simple tipo 1 al encontrar pequeñas diferencias en la densidad del ADN.
No obstante, los autores avisaron de que “aún tienen que superar importantes limitaciones antes de que la tecnología esté lista para ser probada o implementada en un entorno clínico”.
Entre ellas, destacaron que las imágenes STORM “sólo se pueden tomar con equipos especializados que normalmente solo se encuentran en laboratorios de investigación biomédica” y que la instalación y el mantenimiento de los sistemas de imágenes que requiere la inteligencia artificial “es una inversión importante tanto en equipos como en competencias técnicas”.
Aun así, Pía Cosma aseguró que “las limitaciones de accesibilidad y rendimiento son problemas más manejables de lo que pensábamos y esperamos realizar experimentos preclínicos pronto».