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@nchittylaroche
“El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla.” Manuel Vicent
Luego del desconocimiento de los acuerdos de Barbados y la inhabilitación de María Corina Machado, pareciera lógico imaginar, lo que podría realmente pasar este año 2024.
Cada diálogo, con el chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo no proporciona sino una conclusión impajaritable, será incumplido o abortado. Cada uno fue un ejercicio monológico y falaz. Después ya de catorce intentos, deberíamos haberlo aprendido.
Empero, la secuencia de esa situación reiterada, del embaucador y los engañados, nacionales e internacionales, no debe banalizarse.
Venezuela pueblo va a seguir fugándose y desde luego, llevando su problemática allende sus fronteras y acá, en el territorio seguirá la anti sociedad de todo género exportando productos del ilícito que en su seno está enclavado, desafiante y atrevido, además.
Lo grave es que la crisis puede durar más del tiempo que podemos soportar. En efecto, son 25 años de mal gobierno y de regresión, empobrecimiento, desmembramiento y colapso generalizado, sin que pueda racionalmente argumentarse lo contrario.
La oferta del oficialismo es simplemente continuar ellos allí. No tienen nada más que proveer y sabemos que no saben, no quieren, no pueden hacerlo distinto. Imitan a los cubanos. Así de simple.
Entonces, cabe una pregunta, ¿el régimen que también sabe que lo ha hecho muy mal pero desea seguir al frente y lo muestra sin tapujos ni pudicia, por qué permitiría una elección libre, limpia, transparente y honesta si intuye y con razón que la perdería?
Nicolás Maduro lo deja entrever cuando en el jubileo del pasado 4f y en medio de la acostumbrada apología del delito cometido por los felones golpistas, se permite gritar, a los cuatro vientos que “ni por las buenas ni por las malas” se irían y eso quiere decir que por elecciones no será.
Esa es la verdad de cómo piensan y han decidido actuar los actuales gobernantes del país. A un lado queda la constitucionalidad y en la cuneta, la institucionalidad democrática.
Se han burlado de todo y de todos, incluyendo a los ingenuos actores internacionales como Noruega o los Estados Unidos de América, Colombia y Brasil y la lista es larga.
La oposición lo sabe y debe asumirlo. La estrategia no puede basarse en la convicción de que respetará la satrapía la palabra dada que habrá y respetará los resultados electorales. No puede haber confianza en los granujas y así quiere ser reconocido el régimen y no lo niega, lo afirma pendenciero.
La apabullante verdad que inferimos no puede sin embargo paralizarnos. Reaccionar ante la evidencia es la tarea. No obstante, es menester replantearnos el plan que conduce a la liberación y que debe contar y cuenta, con una inmensidad sufriente pero silenciosa.
El pueblo que se pretende corajudo padece en su cuerpo y en su espíritu la kakistocracia que lo aflige. Ese pueblo tiene miedo y además lo intimidan a diario, pero sabe que solo subsistirá si puede resiliente, imponer su mayoría en algún momento u oportunidad que tenga y accionando su soberanía, recuperar su orgullo soberano y su vida, su libertad, su integridad familiar, hoy conculcadas.
Aunque parezca que no, otras eternidades concluyeron. La crisis debe agudizarnos y la ciudadanía que luce cataléptica, debería para sobrevivir despertar. Sólo así, el pueblo, salva al pueblo.