Cumbre climática de ParÃs logró «consenso completo» para reformar el sistema financiero mundial.
La cumbre climática de ParÃs concluyó el pasado viernes 23 de junio con un «consenso completo» para «reformar en profundidad» el sistema financiero mundial, pero sin la esperada revolución para acomodar plenamente la lucha contra el calentamiento global sin comprometer la reducción de la pobreza.
La semana pasada, numerosos jefes de Estado y de Gobierno de paÃses industrializados y en desarrollo se reunieron en ParÃs para debatir sobre la arquitectura financiera internacional y posibles modelos de financiamiento para una mayor protección climática.
Con el cambio climático, aumenta la necesidad financiera de los paÃses en desarrollo, explica Lola Vallejo, directora del programa sobre el clima del Instituto de Desarrollo Sostenible de ParÃs (IDDRI, por sus siglas en francés).
No obstante, instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, no están preparadas para responder adecuadamente.
«Estas instituciones fueron fundadas después de la Segunda Guerra Mundial, cuando aún no existÃan cerca de la mitad de los Estados de hoy», explica Vallejo. Y prosigue: «Se guÃan por la directriz de que el poder y la posibilidad de determinar las reglas están en manos de los paÃses desarrollados».
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, 43 de los 59 paÃses en desarrollo más afectados por el cambio climático corren un alto riesgo de sufrir una crisis financiera.
Al término de dos dÃas de debates ante unos 40 mandatarios, el francés Emmanuel Macron se felicitó de un «consenso completo» para volver el sistema financiero mundial «más eficaz» y «más equitativo».
Pero más allá del discurso, los pocos resultados concretos del evento celebrado en la antigua sede de la Bolsa en ParÃs, el Palacio de Brongniart, vinieron sobre todo de la mano de grupos de paÃses o coaliciones de paÃses.
Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, España y Barbados, entre otros paÃses, acordaron con el Banco Mundial (BM) y otros organismos un sistema para suspender la devolución de la deuda en caso de catástrofes naturales.
Este era un reclamo de la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, quien celebró que «todo el mundo» aceptara este principio y llamó a «trabajar juntos» porque «solo» existe «este planeta» para vivir.
Entre los avances citados por Macron figura un acuerdo de varios paÃses acreedores para reestructurar la deuda de Zambia o el objetivo alcanzado de reasignar a los paÃses pobres 100.000 millones de dólares de derechos especiales de giro, prometidos en 2021.
Y subrayó que la promesa de 2009 de desbloquear otros 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para ayudar a los paÃses pobres a enfrentar el cambio climático se cumplirá este año, con retraso.
Pero, sin embargo, la red de oenegés Climate Action Network (CAN) criticó la cumbre por «hacer algo nuevo de algo viejo» y lamentó la idea de una posible suspensión de los reembolsos «en lugar de una cancelación completa de la deuda».
La cumbre se celebró bajo la presión de la sociedad civil, y sobre todo de los jóvenes activistas ecologistas, que manifestaron en la plaza de la República de ParÃs para reclamar unas «finanzas verdes».
Se lamentan que la cumbre de ParÃs ni siquiera habló de detener la financiación de las energÃas fósiles, pese a ser una fuente de los problemas climáticos a los que debe responder.
Los paÃses del Sur abogan por modernizar el rol de las instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para orientarlas a la lucha contra el cambio climático, el combate contra la pobreza, el desarrollo humano y la protección de la biodiversidad.
Pero la confianza es escasa entre los Estados más vulnerables, agrupados en el llamado grupo V20 (compuesto de 58 paÃses), tras una serie de promesas incumplidas por parte de las naciones más desarrolladas.
La crisis climática implica un gran plan Marshall global de inversiones, basado en gravar las transacciones financieras y en cambiar deuda por acción climática, señaló el presidente colombiano, Gustavo Petro.
Pero Macron no citó la tasa a las transacciones financieras en su lista de avances de la cumbre, ni tampoco el gravamen a las emisiones carbono del transporte marÃtimo que Francia buscaba impulsar.
De aquà a 2030, los paÃses del sur global necesitarán cerca de 2 billones de dólares anuales para enfrentar el cambio climático y el sistema financiero actual no ha permitido movilizar los fondos suficientes. Asà lo estima un grupo de expertos independientes creado por iniciativa de la ONU.
El presidente del BID ya habÃa citado como ejemplo el canje de deuda por acción climática, para que los fondos normalmente destinados a pagar una deuda nacional sean utilizados para la transición energética.
Por su parte, el presidente del Banco Mundial aseguró que el organismo ampliará su ayuda internacional con nuevos instrumentos. Se prevé ofrecer una pausa en el pago de la deuda a los paÃses expuestos a catástrofes climáticas, anunció su presidente, Ajay Banga.
En mayo de este año, la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, anunció que en 2023 se podrÃa alcanzar la meta de los 100 mil millones de dólares. Sin embargo, está claro que esto no es suficiente. Según el FMI, hasta mediados del siglo, se tendrÃan que invertir varios billones de dólares anuales en la protección climática y la adaptación a un planeta más caliente.
Lola Vallejo aclara que los fondos públicos no son suficientes para solucionar el problema, por lo que en la cumbre también se debatirán las posibilidades de aumentar las inversiones privadas. El FMI señala que, hasta 2030, se tendrÃan que duplicar las actuales inversiones privadas en los paÃses en desarrollo, que ascienden a 250 mil millones de dólares al año.
Finalmente, Vallejo dijo que nunca antes un posible impuesto a emisiones de CO2 habÃa recibido tanto apoyo como en la actualidad.
