La reunión en Abu Dhabi concluyó con la elaboración de un fondo internacional destinado a ayudar a los países afectados por el cambio climático, un elemento esencial antes de la Conferencia COP28.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 más conocida como COP28, será la 28.ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se llevará a cabo del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Expo City, Dubái.
La conferencia se lleva a cabo anualmente desde el primer acuerdo climático de la ONU en 1992, siendo un espacio donde los gobiernos del mundo se juntan para acordar políticas para limitar el aumento de la temperatura global y adaptarse a los impactos asociados con el cambio climático.
Se marcan las directrices operativas del fondo, especificando los beneficiarios de la ayuda financiera y las entidades responsables de las contribuciones.
El acuerdo final de la reunión previa exigió contribuciones financieras y se espera que las naciones desarrolladas encabecen la provisión de recursos financieros para poner en marcha las operaciones del fondo. Se designó al Banco Mundial como sede temporal del fondo por un periodo de cuatro años, a pesar de los recelos iniciales de los países en desarrollo sobre la idoneidad de la institución debido a la preocupación por su compromiso con la acción climática.
Una disposición esencial del acuerdo, presionada por Estados Unidos, hace que los pagos sean voluntarios, argumentando que las naciones ricas no tienen la carga obligatoria de compensar las pérdidas y daños en virtud del Acuerdo de París.
En consecuencia, el acuerdo permite la opción de que grandes contaminadores se abstengan de contribuir al fondo. Han surgido críticas por parte de varios países en desarrollo y defensores de la justicia climática, citando la ausencia de objetivos financieros concretos y el fracaso a la hora de esbozar las obligaciones claras de las naciones desarrolladas.
Las recientes deliberaciones y decisiones sobre el marco de aplicación del Programa de Pérdidas y Daños ponen de relieve el intrincado equilibrio necesario en la distribución de los esfuerzos de acción climática en varios frentes: Pérdidas y Daños, Adaptación y Mitigación.
Estos tres pilares de la acción climática están estrechamente interconectados, y cada uno de ellos desempeña un papel crucial a la hora de abordar los polifacéticos retos que plantea el cambio climático mundial.
La interconexión entre estas tres facetas se hace evidente cuando se considera su impacto colectivo a la hora de abordar los complejos retos del cambio climático.
Mientras que las pérdidas y los daños se centran en las consecuencias de las catástrofes relacionadas con el clima, la adaptación trabaja para aumentar la resiliencia y evitar esas pérdidas, y la mitigación trata de reducir la probabilidad de futuras catástrofes abordando las causas profundas del cambio climático.
Es importante que la comunidad mundial reconozca la dependencia mutua de estos pilares y garantice una distribución equitativa de los recursos y esfuerzos entre ellos. Descuidar cualquiera de estos aspectos podría conducir a una respuesta incompleta a los retos que plantea el cambio climático.