El cambio climático está reduciendo las zonas del mundo adecuadas para producir café, cacao, té y muchos productos más. Un proceso que se espera que continúe hasta reducirlas a la mitad, al aumentar las temperaturas en los sitios donde se cultiva.
Temperaturas más altas, fenómenos meteorológicos intensificados, largos periodos de sequía y violentas inundaciones. En el complejo entramado de acciones y reacciones que componen la vida en el planeta, el cambio climático no solo amenaza la vida y hogares de millones de personas en todo el mundo. También podría cambiar la forma en la que nos alimentamos.
Café
En Tanzania, donde 2,4 millones de personas viven de la industria cafetera, la producción se reduce en más de 135 kilos por hectárea, por cada grado que aumentan las temperaturas mínimas. Las cosechas han caído a la mitad en los últimos 60 años.
Los científicos creen que Nicaragua perderá la mayoría de sus tierras cafeteras antes de 2050. Y que Tanzania alcanzará niveles de producción críticamente bajos en 2060. Para 2080, el café salvaje, que es fundamental para mantener la variedad genética del café cultivado, podría haberse extinguido.
El principal impacto será que los 120 millones de personas que dependen del café verán peligrar su subsistencia. Pero también los consumidores sufrirán las consecuencias en forma de calidad y sobre todo en el precio a la hora de tomar un café.
Chocolate
El café no es el único producto cotidiano que podría encarecerse y escasear a causa del cambio climático. El chocolate, un producto que podría rivalizar con el café en cuanto a popularidad, también está en esta lista, aunque en su caso el problema no es la temperatura, sino la humedad, o la falta de ella.
El árbol del cacao, del que proviene el chocolate, solo crece en la franja entre los 20 grados latitud norte y los 20 grados latitud sur, tomando como referencia la línea del Ecuador. En los lugares donde las temperaturas son uniformes todo el año, la humedad es alta. Gracias a ello llueve mucho, el suelo es rico en nitrógeno y los árboles más altos protegen a los demás del viento. Por eso abundan en los bosques tropicales. Actualmente, Costa de Marfil, Ghana e Indonesia son los principales productores de cacao.
Según las estimaciones del IPCC, si todo sigue como hasta ahora, esos países experimentarán un aumento de sus temperaturas de 2,1°C. Pero ese no es el principal problema para el cacao, que se verá más afectado por la falta de humedad. Según las previsiones, un aumento de temperatura en las zonas de África donde se cultiva este árbol irá acompañado de una mayor evaporación del agua de los suelos y de las plantas, sin que haya un aumento de las lluvias que compense esa evaporación.
Esto quiere decir que las zonas aptas para el cultivo subirán de los actuales 100 a 250 metros de altitud sobre el nivel del mar hasta los 500 metros. Y esta merma reducirá considerablemente la superficie en las que se podrá producir cacao. La carestía del producto encarecerá sus costos y, por tanto, también lo hará su precio final.
Pescados y mariscos
Uno de los efectos invisibles para la mayoría del cambio climático es la acidificación de los océanos. Esta situación se deriva de que el agua de los mares está absorbiendo de la atmósfera grandes cantidades del CO2 que emitimos. Y que los bosques, que están en retroceso por la deforestación, no pueden procesar.
En estos océanos más ácidos, organismos como los corales, crustáceos como las langostas, los cangrejos o las gambas y moluscos como las ostras, las almejas y los caracoles marinos lo tienen más difícil para producir las conchas calcáreas que necesitan para sobrevivir. Por lo que se prevé que las especies más codiciadas, serán las que primero desaparezcan.