En artículo anterior indicamos que Barbagia, Icaria, Loma Linda, Nicoya y Okinawa son los cinco pueblos del mundo en la lista de zonas azules. En este artículo repasaremos cada uno de estos lugares para descubrir qué los hace tan especiales.
Antes vamos a conocer el origen del término “zonas azules”.
El término surgió a partir un estudio demográfico, realizado por un astrofísico que luego se especializó en demografía, Michel Poulain de nacionalidad belga y del gerontólogo italiano Gianni Pes, quienes querían descubrir en qué regiones habían más habitantes que superaran los 100 años de edad. Sobre un mapa, trazaron un círculo, con un marcador azul, en aquellas localidades de la isla italiana de Cerdeña que cumplían este requisito. Así nació la primera zona azul del planeta, Barbagia, en el centro de Cerdeña, donde una de cada 196 personas nacidas entre 1880 y 1890 había cumplido los cien años.
El término fue ratificado en 2005 por Dan Buettner en la revista National Geographic y con la publicación de su libro “The Blue Zones”. Este investigador continuó con el estudio de las zonas azules y descubrió cuatro lugares más en el mundo en los que la esperanza de vida destacaba entre las de los demás. Así, Icaria en Grecia, Loma Linda en California, Nicoya en Costa Rica y, Okinawa en Japón, se sumaron a Barbagia en la lista de zonas azules.
¿Es la genética o el estilo de vida lo que determina la larga y saludable vida en estas zonas?.
Lagenética determina en un 20 o un 30% la longevidad. El resto, es estilo de vida y los hábitos diarios. De hecho, emigrantes japoneses procedentes de Okinawa, cuando adoptaron el estilo de vida estadounidense, empeoraron su salud y no alcanzaron la longevidad de sus parientes.
Si algo define a la dieta de las zonas azules es su alto contenido de fibra, fundamental para mantener una microbiota intestinal saludable. Otro factor presente en estas zonas azules es el alto consumo de pescado. Un índice omega-3 elevado se asocia con mejores indicadores de salud y la prevención de diferentes enfermedades asociadas al envejecimiento. La moderación en el balance calórico es otra de las características en estas zonas.
El trabajo poco tecnificado, asociado a la agricultura, la ganadería o la pesca, el cuidado del hogar o los desplazamientos hacen que estos individuos tengan un gasto energético elevado.
Uno de los aspectos que más se ha destacado en estas zonas azules es la cohesión social, la vida en comunidad.
¿Qué hace tan especial cada uno de estos lugares?
Japón: uno de los países con la esperanza de vida más larga del mundo. Se estima que hay más de 50 mil centenarios japoneses. Okinawa tiene el registro más alto del país. Los ancianos llegan a vivir alrededor de 84 años y las mujeres alcanzan los 90 años. El riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencias seniles y Alzheimer es bajísimo comparado con Estados Unidos, por ejemplo.
Los abuelos se mantienen activos realizando actividades físicas a diario, conservando las relaciones sociales de por vida y nutriéndose con alimentos propios de la isla. El término Ikigai, como se denomina al propósito de vida, es el motivo o la razón para levantarse todos los días de la cama.
En segundo lugar, moais: un grupo de amigos que seacompañan durante elresto de la vida, con una idea de propósito en común. Esta tradición busca que la persona envejezca acompañado de alguien cercano que puede brindar un sostén emocional e incluso financiero.
Por último, el Hara Hachi Bu, el mantra que repiten antes de comer. También es una dieta basada en vegetales, pescados y productos de la isla. Además de comer hasta un 80% de su capacidad, es decir, una reducción calórica autoimpuesta.
Nicoya, Costa Rica: trabajan duro en una zona que mayormente estuvo aislada del resto del país. Los ancianos de Nicoya tienen huesos fuertes y bajas tasas de enfermedades cardíacas. Mantienen una vida social activa.
En su dieta podría estar la clave de su longevidad. Muchas frutas tropicales y las llamadas “tres hermanas” de la agricultura mesoamericana: los frijoles, elmaíz y lacalabaza.
El optimismo, la fe, la confianza y las relaciones familiares y sociales son fundamentales para que muchos de los habitantes lleguen a viejos.
Icaria, Grecia: uno de cada tres icariotes llega a los 90 años y tienden a vivir 10 años más que el resto de los habitantes de Europa y América. Esta isla mediterránea posee un clima agradable, y huertas naturales. La geografía hace que los desplazamientos requieran de un estado físico apto, por lo que los isleños se ejercitan de forma cotidiana sin notarlo.
La dieta habitual es mediterránea: aceite de oliva, vino tinto, pescado, infusiones de hierbas, miel no pasteurizada, garbanzos, guisantes, lentejas y cantidades limitadas de carne, azúcar y productos lácteos. Se benefician con un menor índice de enfermedades cardíacas y una mejor salud mental.
Loma Linda, California: comunidad religiosa aislada por la falta de contacto con otras costumbres es el hogar de aproximadamente 9 mil seguidores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Le dan importancia fundamental a la fe y a sus creencias religiosas. Suelen vivir hasta diez años más que los otros habitantes de California y tienen los índices más bajos de enfermedades cardiovasculares del país.
Su estilo de vida incluye una dieta vegetariana evitando alimentos «bíblicos». No consumen cerdo ni carnes rojas, y tampoco fuman, toman café, ni beben alcohol. Su dieta incluye granos integrales, mucha agua, nueces, verduras, frutas frescas y legumbres. Se cree que la rutina de reunirse con otros seguidores de su iglesia favorece la socialización, alivia el estrés y refuerza el estilo de vida
Barbagia, Cerdeña: en casi todo el mundo, por cada hombre que llega a los 100 años hay cinco mujeres que alcanzan esa edad, aquí la proporción es de uno a uno.
Muchos han trabajado como pastores o granjeros y en la actualidad se mantienen activos caminando varios kilómetros a diario, lo que ayuda a mantener las articulaciones y el sistema cardiovascular joven.
Los mayores son muy respetados y forman parte vital de su comunidad. La expectativa de contribuir a la sociedad los mantiene activos. Son fuente de consulta permanente y ayudan en la transmisión de valores, de la historia y de la tradición local.
La alimentación tiene mucho que ver. Leche de cabra (reduce el colesterol y rica en calcio), cebada molida, hinojo (alto en fibra y diurético) y la infusión de cardo mariano (antioxidante y antiinflamatorio). Además consumen productos de sus propias huertas y beben diariamente su vino local que es rico en polifenoles y favorable para la salud del corazón.
