El vicepresidente del movimiento Unión y Progreso, Rafael Simón Jiménez recordó que el sistema del CNE es uno de los más perfectos del mundo y que por eso, el Gobierno de Nicolás Maduro no ha podido demostrar a más de 15 días de la presidencial que fue el ganador de la contienda.
Jiménez afirmó que todos los venezolanos saben lo que ocurrió el domingo 28 de julio, porque fueron más de 14 millones de personas las que participaron en ese proceso: «Fueron miles de testigos, miembros del Plan República, electores, miembros de mesa, todos sabemos exactamente lo que pasó el 28 de julio, lo que pasa es que ahora quieren suplantar en el metaverso y cambiar la realidad».
«El mismo madurismo durante años hizo alarde que el CNE tiene el mejor sistema electoral del mundo y todos hemos visto los anuncios de Tibisay Lucena donde afirmó que los resultados están disponibles en la página web el CNE. Todo eso da cuenta de que el sistema es tan invulnerable que el Gobierno no ha podido demostrar, ni va a poder demostrar que ganó. El sistema se fue perfeccionando con auditorías, controles, y es imposible hacer eso».
Tildó las estrategias del oficialismo como un «espectáculo de tragicomedia» y criticó que la Sala Electoral del TSJ pretenda suplantar al CNE.
«Es bochornoso que los magistrados se presten para ese bochorno».
En este sentido, rescató las declaraciones del excandidato de Centrados, Enrique Márquez quien como ingeniero y exrector del CNE posee conocimientos técnicos del funcionamiento de las máquinas, y dijo: «Enrique Márquez ha tenido mucha claridad y entereza y ha dicho que ese resultado que leyó Elvis Amoroso no es el resultado de la máquina, es preocupante que haya un presidente proclamado que ni siquiera puede demostrar el origen de la elección».
Rafael Simón Jiménez hizo un llamado a la conciencia de todos los actores políticos a tender puentes y encontrar una solución al conflicto y la polarización que se ha generado tras las elecciones.
«Nos guste o no, Venezuela no tiene otra solución que un entendimiento» y reiteró «por mucho tiempo abogamos porque se establecieran canales y se construyera un centro político de acercamiento, interlocución, entendimiento, pero eso requiere un esfuerzo coordinado».
Resaltó el papel de la Iglesia y de los cardenales Baltazar Porras y Padrón, así como de algunos empresarios que han abogado por una solución negociada, pero aseveró que se necesita de un «papel más activo» de otros actores.
«Debemos reconstruir la posibilidad que plantearon los presidentes Lula y Petro de un estatuto de garantías para todos los actores».
Por último, exhortó a Edmundo González Urrutia y a María Corina Machado, a no cerrarse a ninguna opción que permita solucionar la crisis política tras las elecciones del 28 de julio.
«Todas las cartas deben estar sobre la mesa. No nos podemos cerrar porque por encima del conflicto político, está el país verdadero que se muere de hambre, el que tiene 6 millones de sus familiares afuera, el país con una expectativa inmensa ante una posible ola migratoria».