Por: Orlando Goncalves
@OrlandoGoncal
Reiteradamente he comentado en este espacio que el mundo ha avanzado más en estos 30 años que, en los dos últimos siglos, y los cambios son evidentes en todas las áreas de la vida de los habitantes del planeta.
La política y la comunicación política, no podrían quedar por fuera de esos cambios, y por ello entender esas transformaciones, y como estas influyen en la consecución del poder y en el ejercicio del mismo, es fundamental si se quiere tener éxito en la política.
Vemos algunas consideraciones que pueden ayudar a entender estas evoluciones de la comunicación política moderna en esta segunda entrega:
1. En política la forma pesa tanto o más que el fondo.
En ocasiones los líderes se ocupan del “qué” van a transmitir, o sea, cuidan cada palabra que pronuncian y tratan de comunicar con el mayor nivel de detalle posible, sin embargo, dejan de lado el “cómo” van a comunicar sus ideas.
En los años 60, Alberto Mehrabian, profesor emérito, de la Universidad de California, considerado el padre de la programación neurolingüística, conocida como PNL, desarrolló un experimento que lo llevó a afirmar que las palabras solo representaban el 7% de la comunicación. Según ese estudio, la comunicación no verbal, es decir, la expresión facial, el lenguaje corporal conforman el 55% de la comunicación y el restante 38%, lo aporta la calidad vocal, el tono y la variación de esta.
Por lo tanto, en ocasiones es más importante la forma cómo se comunica que el fondo de lo que se quiere comunicar, pues la forma, es decir, el “cómo” se dice el mensaje permite una mayor comprensión por parte de los interlocutores o destinatarios del mensaje.
2. Estrategia VS EsTragedia.
La publicista colombiana Socorro Jaramillo, es la autora de una frase que además de brillante, describe a la perfección una realidad que en ocasiones en política se pasa por alto. Palabras más palabras menos Jaramillo dice que sin estrategia toda acción puede terminar en una tragedia.
No le falta razón, pues la comunicación política moderna no es una suerte de ocurrencias, es estudio, investigación, trabajo, debate, escuchar y seguir escuchando, con lo cual solo después de un largo y concienzudo proceso se podrá diseñar una estrategia que logre los objetivos para los cuales fue creada.
Sin ese proceso, todo lo que se pudiera hacer, quizás, responda a las ocurrencias del líder o de los seguidores cercanos y estas, generalmente terminan en tragedia, pues se invierten recursos de toda índole y no se logran los objetivos.
3. Emociones VS racionalidad.
Sobre la base del concepto anterior, absolutamente todo lo que se ejecute en la comunicación política moderna, tiene que ser pensado, estudiado y creado con total racionalidad, siempre enfocado en la consecución de los objetivos estratégicos definidos previamente.
Sin embargo, su implementación debe tener una alta carga emocional, que permita de manera simple y eficiente, conectar con los ciudadanos. El equilibrio entre ambas (emoción y racionalidad) es esencial a la hora de crear un plan estratégico, así como a la hora de implementarlo. Ambos están indisolublemente unidos, por lo cual separarlos o desbalancearlos no genera los mejores resultados. El equilibrio entre ambos, es la clave.
4. Escuchar, investigar, estudiar, debatir.
Todo animal, incluido el ser humano, tiene dos oídos y una sola boca. Es claro que allí hay un mensaje muy poderoso, pero lamentablemente algunos líderes tienden a ignorarlo.
Al hacer uso de todas las herramientas disponibles de la investigación social, se está escuchando lo que está en la mente y el corazón de los ciudadanos, es decir, no solo es saber que están pensando, es entender cómo se están sintiendo, cómo interpretan y perciben determinadas realidades o hechos, lo que implica no solo estudiar a fondo los resultados que arrojen las investigaciones, sino que requiere debate profundo entre profesionales de distintas áreas a fin de contrastar ideas, conceptos y datos.
Solo después de ese proceso se podrá desarrollar una estrategia que permita lograr los objetivos para los cuales fue diseñada.
Estas son parte de las claves de la comunicación política moderna sobre las que seguiremos profundizando en próximas entregas.
El tema es complejo, extenso y sobre todo, dinámico tal cual lo es la sociedad moderna, así que habrá que seguir estudiando, investigando, debatiendo y trabajando para continuar aprendiendo y adaptándonos a los nuevos tiempos.