
Por: José Antonio Aguirregomezcorta Gragirena
Pablo Francisco Rodríguez Lozada nació en Santurce, Puerto Rico, tal día como hoy 4 de enero del año 1923. Fue quizás el más formidable cantante [junto a Ismael Rivera y Héctor Lavoe], músico, percusionista, jazzista, conductor de programas de televisión y director de orquestas de Puerto Rico.
Fue el sexto de los ocho hijos del matrimonio formado por el dominicano José Rodríguez Fuentes y la cubana Severina Lozada Aguilera.
Desde su infancia, mostró gran interés en la música y en su niñez organizó e integró el conjunto Sexteto Nacional, junto a su amigo desde ese tiempo, el músico Mariano Artau.
A los 13 años integró el Conjunto Típico Ladí, también denominado Conjunto de Industrias Nativas que dirigía el músico Ladislao Martinez.
El 1939 se unió al recordado Cuarteto Mayarí junto a los guitarristas Manuel Jiménez y Francisco «Paquito» Sánchez y el trompetista Plácido Acevedo, quien fungía como director del grupo.
Puerto Rico pasaba en ese momento por una situación económica difícil influenciada por la Gran Depresión estadounidense; por lo que Tito escribió a su hermano, el músico y cantante Juan de Capadocia Rodríguez Lozada, [conocido artísticamente como Johnny Rodríguez], quien residía en Nueva York desde 1935, expresándole su deseo de marcharse.
Había concluido sus estudios de bachillerato y sus padres habían fallecido, lo que precipitó su partida.
Igualmente en 1939 – luego de 4 meses en el Cuarteto Mayari – Tito Rodríguez, con 16 años de edad, llegó a Nueva York esperanzado en trabajar como cantante y trazar su propia ruta musical. En un principio hizo apariciones en la orquesta de su hermano Johnny y poco después logró cantar con el Cuarteto Marcano, con el cual grabó sus primeros discos en Nueva York, aunque nunca formó parte de esta agrupación.

Luego, integró la agrupación musical cubana Cuarteto Caney que dirigía el músico cubano Fernando Storch y tras una pasantía breve por las orquestas de Enric Madriguera y Xavier Cugat como cantante y percusionista, presta en 1945 – en los últimos días de la II Guerra Mundial – el servicio militar obligatorio en el ejército estadounidense.
Al licenciarse del ejército, el pianista y compositor cubano José Curbelo reclutó a Rodríguez como cantante y músico para su orquesta, donde conoció y compartió trabajo con dos futuras leyendas: Tito Puente y Ray Barretto.
Ese año, mientras la banda de Curbelo actuaba en el club nocturno «China Doll», Rodríguez conoció a una corista estadounidense-japonesa apodaba Tobi Kei [cuyo nombre verdadero era Takeku Kunimatsu] con quien se casó el día 23 de agosto de 1948.
Con ella tuvo sus dos hijos: Tito Rodríguez Jr., quien sigue su camino – sin ser cantante – como director de orquestas, arreglista, percusionista y productor musical y la muy hermosa y reconocida Cindy Rodríguez, quien mantiene el legado artístico familiar a través de su espléndida y muy afinada voz.
Este matrimonio duró hasta el fallecimiento del artista. Tobi fue el cerebro, la jefa de la organización de Tito. Ella coordinaba todo lo referente a la carrera de su esposo y supervisaba los contratos y las diversas grabaciones que realizaron
Al comienzo, tuvo algunas indisciplinas que lo mantuvieron un tiempo en una especie de lista de «problemáticos» que lo dejó fuera del círculo de actuaciones, pero poco a poco se reinstaló para llegar ser uno de los máximos representantes de la música latinoamericana.
Después dirigió un quinteto de corta duración y en 1948 funda la orquesta «Mambo Devils». Con este grupo, en pleno auge del mambo, Rodríguez rivaliza con las nacientes orquestas de Tito Puente y la «Afrocubans» del músico cubano Francisco Raúl Gutiérrez Grillo, apodado artísticamente Machito. Esta organización fue la creadora del Latin Jazz a finales de la década de 1940 con el tema «Tanga».
Tito Rodríguez fue influenciado, como tantos otros cantantes, por el estilo del vocalista cubano Miguelito Valdés, aunque con el tiempo desarrolló su propio estilo. Firma su primer contrato de grabación con la disquera Tico Records, la cual le obliga a cambiar el nombre de su orquesta, el cual pasó a ser «Los Lobos del Mambo». Para entonces, había iniciado estudios en la escuela de música Juilliard Musical Conservatory tomando clases de percusión, vibráfono y xilófono.
Buscando nuevos mercados para su música, Rodríguez firma en 1953 un nuevo contrato con la empresa transnacional RCA Víctor y su banda pasa a llamarse formalmente «Tito Rodríguez y su Orquesta». Años después de su muerte, Sony Music Entertainment, poseedora del catálogo de RCA Victor, reeditó en formato CD las cintas de estas grabaciones cuáles conservo muy bien cuidadas.
En 1955, Tito Rodríguez se percata de que el atrilero de su banda en ese tiempo, su compatriota José Feliciano, tenía talento para ser cantante y percusionista. Gracias a ello, Rodríguez le ofrece la oportunidad de cantar junto a su orquesta en el club nocturno neoyorquino, hoy desaparecido, «Palladium».
Feliciano sale airoso de la prueba y Rodríguez le recomienda al músico Joe Cuba su inclusión en su sexteto, con lo que inicia su carrera en forma independiente y formando junto a Gilberto Calderón el inolvidable «Joe Cuba Sextet» & Cheo Feliciano, la cual también dejó un sendero inmortal en la sonoridad antillana.
En 1957, renuncia a su contrato con RCA Víctor y firma nuevamente contrato con Tico Records, para producir solamente tres álbumes en LP. En 1960 hace un nuevo contrato con la división discográfica de la empresa cinematográfica United Artists, en el cual puso como condición que él sería el único líder de banda musical latino que grabaría para la compañía.
Su primer álbum con este sello, titulado «Live at the Palladium», constituyó un éxito que fue empañado sólo por la continua rivalidad con el músico newyorkino Tito Puente, la cual nació mientras ambos trabajaban con la orquesta de José Curbelo.
En junio de 1962, Rodríguez y su banda grabaron Back Home in Puerto Rico durante una estadía de dos semanas en la isla. Su regreso fue marcado por recepciones oficiales de gobierno y amplia cobertura por los medios noticiosos.
Trató de establecerse con una revista musical en la ciudad estadounidense de Las Vegas lo cual le ocasionó una gran pérdida económica.
En 1963 graba junto a su orquesta un nuevo disco en vivo esta vez dedicado al Latin Jazz en el club neoyorquino Birdland, la casa de Charlie Parker.
Este álbum, titulado «Live at Birdland» incluyó la colaboración de los músicos de Jazz Bob Brookmeyer, Al Cohn, Bernie Leighton, Zoot Sims y Clark Terry. Disco magnífico que recomiendo profundamente a cualquier coleccionista que se tome el rol con seriedad.
En 1963, a causa de un veto artístico generado por las disqueras en las que había trabajado que le impedía actuar con sus músicos, Tito Rodríguez asumió el reto de cambiar radicalmente de estilo, al menos por ese momento, al interpretar boleros con acompañamiento de una orquesta de cuerdas, cuando los boleristas tradicionales no estaban en su mejor momento.
La disquera puso el talento de Rodríguez en manos del músico, compositor y director estadounidense Alvin «Leroy» Holmes quien había tenido acercamientos a la música romántica latinoamericana.
De esta colaboración, nace el álbum «From Tito Rodríguez with Love» (De Tito Rodríguez con amor) un auténtico éxito de ventas, que incluyó la canción «Inolvidable» del músico cubano Julio Gutiérrez.
Este éxito inicial como bolerista, hace que años después de su muerte se le conociera como «El Inolvidable».
La alianza entre Rodríguez y Holmes produjo unos nueve LP con interpretaciones que iban del género del bolero a la balada. En 1964, Rodríguez firma con la empresa estadounidense Musicor Records, que dependía para la distribución de su música de la anterior empresa. Inicia esta etapa con el álbum Carnival of the Americas, alterna sus álbumes de música bailable y boleros con Leroy Holmes y la inclusión como invitado, en uno de ellos, del pianista cubano José Melis.
Los malos contratos de negocios y la controversia con sus músicos sobre el salario, le hicieron disolver su orquesta y mudarse a Puerto Rico en 1966 y fue cuando la compañía matriz de United Artists adquirió uno de los canales de televisión de Puerto Rico, Tito inició en dicho canal su propio programa en el cual aparecieron como invitadas diversas estrellas estadounidenses como Shirley Bassey, Tony Bennett y Sammy Davis Jr.. Rodríguez pensó que como a él se le consideraba nuyorican – neoyorquino de ascendencia puertorriqueña aún habiendo nacido en Santurce – no podría recibir algún premio por su programa.
Sintiendo el rechazo de sus compatriotas, Rodríguez regresa a Estados Unidos, concluye su contrato con Musicor Recods para volver con United Artists Latino.
El álbum «Estoy Como Nunca» marca este regreso a los escenarios de Nueva York. Por último, grabaría su disco El Doctor en el cual fue incluido el tema Esa Bomba, su última canción sobre la rivalidad que sostuvo con Tito Puente.
En 1967, durante la grabación de uno de sus programas, Rodríguez tuvo uno de los primeros síntomas de la leucemia, de la cual fallecería.
En 1971, Rodríguez inició su labor como empresario discográfico con su propia empresa discográfica denominada TR Records. Enseguida viaja al Reino Unido, para grabar con músicos de aquel país su primer álbum en esta nueva etapa, titulado Inolvidable (Unforgettable) en el cual reeditó su famoso éxito de 1964 ya mencionado.
A los boleros tradicionales contenidos en este LP, sumó canciones de corte innovador como «Amor No Es Solo Sexo».
Durante el espacio entre las sesiones de grabación, en Londres, le fue confirmado que padecía de leucemia aunque insistió en mantener en secreto su enfermedad.
Realiza un álbum al lado del orquestador Louie Ramírez, en lo que sería su última grabación en colaboración con otro artista. En un momento, hasta ahora indeterminado, Rodríguez grabó 10 temas en idioma inglés para su empresa, pero este trabajo no vería la luz pública, sino tres años después de su muerte y fue titulado «You’ve Made Me So Very Happy».
En el año 1972 Rodríguez celebra sus 25 años de actividad como vocalista, aunque tenía más años en el medio artístico, con un espectáculo titulado 25th Anniversary Perfomance (Presentación del 25º Aniversario) el cual presentó en el Club «El Tumi» de Lima donde se realizó su última grabación en vivo con el acompañamiento de la orquesta del músico peruano Lucho Macedo.
Este fantástico álbum, que incluyó sus éxitos de finales de los años 50 y los 60, fue presentado al público en enero de 1973 y despertó comentarios acerca de que esto fuera una despedida.
Desoyendo el consejo de guardar reposo, Rodríguez realizó su última presentación con la orquesta de su colega, el director de orquesta cubano Francisco Raúl Gutiérrez Grillo «Machito» en el Madison Square Garden el 2 de febrero de 1973.
Este espectáculo redujo aún más la vitalidad del cantante, por lo que debió ser auxiliado a mitad de la función y seguidamente hospitalizado.
Finalmente, negándose a comer, perdió la batalla contra su enfermedad y 24 días después, el 26 de febrero de 1973, en New York, Tito Rodríguez falleció en los brazos de su esposa.
Sabiendo su cercano final, a petición del cantante, sus restos fueron llevados a Puerto Rico y fueron velados en una ceremonia que congregó a muchísimos colegas suyos, entre ellos su antiguo rival, Tito Puente quien fue el primero en llegar y el último en irse de la funeraria, para después pasar en depresión algunas semanas. Luego, sus restos fueron cremados y depositados en una urna; donde años después, en 1984, los restos de su esposa fueron anexados en el mismo panteón a su fallecimiento.
Cuando se formó Fania All Stars y brindaron el histórico concierto en el Cheetah que generó el denominado «Boom de la Salsa», a Tito Rodríguez se le invitó a tomar parte en la grabación de esos extraordinarios e imprescindibles discos: «Fania Live At The Cheetah. Vol. I & II» y la banda sonora del primer filme de Salsa «Our Latin Thing/Nuestra Cosa Latina», lo cual declinó por su estado anímico y físico, debido a la leucemia que padecía. Es, sin embargo, esta misma orquesta la que le rindió el primer tributo discográfico, en el año 1976.
Tito Rodríguez dejó un vastísimo legado el cual, aún hoy en día, a pesar de la muy particulares características del presente, donde lo «antiguo» es casi automáticamente desechado por las nuevas generaciones, es muy apreciado.
Por otro lado, engendró una escuela del canto caribeño y salsero de los que resaltan Cheo Feliciano, Rubén Blades, Vitín Avilés, Julio Villot, Moisés D’Aubaterre, Alfredo Bogado, Gilberto Santa Rosa entre varios más.
¡Felíz cumpleaños Tito!