Bernardo Arévalo asumió Presidencia de Guatemala. Más de 60 países enviaron representación a la toma de posesión.
Arévalo de León tomó el relevo del presidente saliente, Alejandro Giammattei, tras un proceso marcado por los intentos de la Fiscalía de revertir los resultados electorales.
Presidencia Guatemala
El encargado del Departamento de Estado de EEUU, Brian Nichols, advirtió de que el bloqueo a la investidura de Arévalo de León sería «una violación» de la Carta Democrática Interamericana.
Se mostró convencido que Bernardo Arévalo de Leó, podrá asumir el poder el 14 de enero, pero amenazó con suspender los programas de cooperación con el país centroamericano si esto no sucede.
«Estados Unidos tiene múltiples acuerdos de cooperación y de comercio con Guatemala. Todo esto estaría en riesgo si no hay una transición democrática», avisó.
Nichols subrayó su «confianza» en que Arévalo de León tomará posesión el domingo y «los guatemaltecos podrán celebrar un momento histórico y alegre para su país».
Más de 60 países confirmaron el envío de representación a la toma de posesión del nuevo presidente de Guatemala, incluidos el rey de España, Felipe VI; el presidente de Paraguay, Santiago Peña; la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, o el de Colombia, Gustavo Petro.
Corte de Guatemala evita eventual captura a vicepresidenta electa
En tanto, una Corte de Guatemala blindó a la vicepresidenta electa, Karin Herrera, de cualquier orden de captura, tras rumores de su aprehensión que impediría la asunción presidencial.
La Corte de Constitucionalidad otorgó un «amparo provisional» a favor de Herrera, quien denunció a un juez penal y a un fiscal por el riesgo de que avalaran su captura por daños en la ocupación en 2022 de la universidad pública.
Bernardo Arévalo
Pero por mucho que Arévalo quiera cambiar las cosas, puede enfrentar enormes obstáculos. Su postura anticorrupción y su estatus de outsider son amenazas a intereses profundamente arraigados en el país centroamericano, dicen los observadores.
Aún así, el hecho de que haya llegado tan lejos es un testimonio del apoyo internacional y la condena de los innumerables intentos de descalificarlo.
La toma de posesión del domingo representó la culminación de la victoria de Arévalo en las urnas y también una exitosa defensa de la democracia.
La inauguración tuvo un tono festivo: música de cumbia y salsa para una gran celebración en la emblemática Plaza de la Constitución de la Ciudad de Guatemala.
Miles de indígenas de Guatemala salieron a las calles el año pasado para protestar y exigir que la Fiscal General Porras y sus fiscales respeten la votación del 20 de agosto.
Muchos habían pedido su dimisión, pero su mandato no termina hasta 2026 y no está claro si Arévalo podrá deshacerse de ella.
Los fiscales trataron de suspender el partido Movimiento Semilla de Arévalo –una medida que podría impedir que sus legisladores ocupen puestos de liderazgo en el Congreso– y despojar a Arévalo de su inmunidad tres veces.
El viernes su vicepresidenta, Karin Herrera, anunció que la Corte Constitucional le había otorgado un amparo, evitando una supuesta orden de arresto.
Los fiscales alegan irregularidades en la forma en que Semilla recolectó firmas para registrarse como partido años antes, que sus líderes alentaron una ocupación de una universidad pública durante un mes y que hubo fraude en las elecciones.
Una clave fue que Arévalo obtuvo pronto y fuerte apoyo de la comunidad internacional. La Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y el gobierno de Estados Unidos exigieron reiteradamente respeto al voto popular.
Bajo el gobierno de Porras, los fiscales y jueces del país que lideraron ese esfuerzo se han convertido en objetivos, lo que ha obligado a decenas a huir del país o ser arrestados.
