Por: Isaac Ramírez
La selección de Argentina perdió en su debut en los Juegos Olímpicos de París en una resolución surrealista, dos horas después que diera la impresión que un tanto de Cristian Medina a los 116 minutos significaba el 2-2, pero que, tras dar la sensación que había acabado el choque, se anuló por fuera de juego y dos horas después se completó el tiempo que faltaba para cerrar definitivamente el 1-2.
El mediocampista del Boca Juniors parecía salvar un punto sobre la campana, el gol provocó la invasión de campo de un grupo de hinchas marroquíes, que eran mayoría en el estadio de Saint Etienne y el colegiado sueco Glenn Nyberg mandó a ambos equipos a los vestuarios.
Durante este juego, una veintena de aficionados marroquíes invadieron el campo de juego después de que el volante argentino Cristian Medina anotara el empate 2-2 en un interminable tiempo añadido (90+16), forzando el ingreso de los encargados de la seguridad.
También se arrojaron botellas y vasos, lo que obligó al árbitro a invitar a los jugadores a regresar al vestuario después del tanto de la paridad. Ambos equipos volvieron a los camerinos sin que se hubiera pitado el final del encuentro.
La Albiceleste, dirigida por Javier Mascherano, también publicó un mensaje en X celebrando el “¡Final del partido!”. Lo mismo hicieron los Leones del Atlas en la misma red social.
Pero la transmisión oficial de televisión, que mostraba una imagen del Geoffroy-Guichard con las gradas vacías, mantenía la viñeta “competición retrasada”.
El encuentro también estuvo marcado por pitos a los jugadores argentinos, en momentos de tensión entre Francia y Argentina por la reciente celebración de los jugadores albicelestes del título de la Copa América con una canción considerada ‘racista’ hacia los jugadores ‘Bleus’.
El partido entre Argentina y Marruecos terminó con victoria 2-1 de los africanos este miércoles en Saint-Étienne tras un final de contienda insólito.
Dos horas después de un juego que se dio por acabado por el sitio oficial de las justas y las redes sociales de los equipos, los jugadores regresaron al campo, ya sin hinchas en las gradas, para disputar tres minutos de tiempo añadido.
Debieron retornar con la noticia que el árbitro anuló el tanto agónico del volante argentino Alan Medina, que hubiera supuesto el empate albiceleste, pero que fue anulado por fuera de juego tras revisión del VAR.
Varios incidentes marcaron la apertura del torneo olímpico de fútbol masculino entre Argentina y Marruecos en el estadio Geoffroy-Guichard, en Saint-Étienne, donde en los Juegos Olímpicos se vivió un final muy confuso, constató el miércoles un periodista de la AFP.
Ni al novelista más desmesurado se le hubiera ocurrido semejante obra de terror. A dos días de la ceremonia de inauguración en el río Sena, en sólo un puñado de horas de competencia oficial, los Juegos Olímpicos de París 2024 quedaron marcados por un papelón nunca visto. Histórico.
La puntillosa organización que, habitualmente, impulsan los anillos y el Comité Olímpico Internacional (COI), se manchó. Lo que sucedió en el estadio Geoffroy-Guichard de esta ciudad del sur francés no se ve ni en los torneos de ascenso más profundos de países poco desarrollados.
El caos, dentro y fuera de la cancha, se desató en el decimosexto minuto del segundo tiempo que adicionó el desdibujado árbitro sueco Glenn Nyberg (en realidad agregó 15, motivado por las múltiples invasiones de espectadores al campo de juego).