La Unión Europea está siguiendo muy de cerca los proyectos urbanísticos que tienen en marcha las grandes ciudades.
La lucha contra el cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas están calentando el planeta a un ritmo alarmante, y muchos de ellos están causados por el sector de la construcción.
Uno de los principales sectores responsables de las emisiones de CO2 a la atmósfera es el transporte. Los coches, camiones, barcos y aviones que se utilizan a diario queman enormes cantidades de combustibles fósiles como la gasolina y el diésel, liberando gases contaminantes que están destruyendo el clima.
Un informe de la Comisión estimó que el transporte representa alrededor del 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Si no se reduce drásticamente la huella de carbono de los desplazamientos, no se logrará frenar el calentamiento global.
El anuncio sin precedentes de la UE
La Unión Europea ha hecho un anuncio sin precedentes al proponer que los estados miembros dejen de construir nuevas carreteras en las ciudades como parte de su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La Comisión Europea presentó su plan para alcanzar cero emisiones netas para 2050, que incluye una reducción drástica del uso de automóviles en las zonas urbanas. Se trata de una sugerencia constructivay que no tiene nada que ver con una prohibición, aunque esta sí se ha deslizado en el Parlamento.
En lugar de ampliar las autopistas urbanas, Bruselas insta a los gobiernos nacionales y locales a invertir en alternativas como el transporte público, los carriles bici y la infraestructura peatonal. El objetivo es disminuir el uso del automóvil privado, que representa más de la mitad de las emisiones del transporte por carretera.
La UE lo tiene claro: si no hacemos esto, no cumpliremos los objetivos
El sector del transporte es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en Europa. Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el transporte representa alrededor del 27% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la UE.
Dentro del sector del transporte, el tráfico por carretera es el mayor contribuyente. Los automóviles, furgonetas, camiones y autobuses emiten alrededor del 72% de todas las emisiones procedentes del transporte.
Aunque se han logrado ciertas mejoras en eficiencia, el constante aumento del tráfico por carretera ha contrarrestado gran parte de esos avances. Reducir de manera drástica las emisiones del transportees crucial para alcanzar la neutralidad climática en 2050, como se ha defendido en otras ocasiones.
Las emisiones del transporte por carretera han aumentado un 28% desde 1990. La AEMA advierte que si esta tendencia continúa, será prácticamente imposible para el sector cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos establecidos por la UE.
Una vez más, la Unión Europea quiere poner límites a un sector tan contaminante como la agricultura o la aviación. Sin embargo, todavía no se sabe hasta qué punto se podría dejar de levantar nuevas carreteras en medio de una revolución en los transportes.
