La ampliación del muro fronterizo en Texas anunciada por Estados Unidos es una “medida publicitaria” con tinte electoral que posiblemente no se concretará, señaló ayer el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario dijo que esa es su impresión tras el diálogo que mantuvo el jueves en Ciudad de México con una delegación estadounidense, encabezada por el secretario de Estado Antony Blinken, sobre migración y narcotráfico.
“Es una medida más que nada publicitaria, porque estamos hablando de 3.180 km de frontera y empezaron a hacer el muro desde hace 40 años y apenas llevan como 1.200 km”, dijo López Obrador en su habitual conferencia de prensa.
“¿Cuándo van a terminar? Es pura publicidad. Cada presidente de Estados Unidos, con todo respeto, sea republicano, sea demócrata, hace su tramo para congraciarse con los estadounidenses”, añadió el gobernante, quien trató el asunto con Blinken.
El jueves, de forma sorpresiva, Washington anunció que ampliará la barrera porque legalmente está obligado a invertir en ese rubro unos recursos aprobados por el Congreso bajo el gobierno del presidente Donald Trump. La decisión provocó críticas al presidente Joe Biden de representantes de su propio partido, que recordaron que en campaña había prometido no construir “ni un centímetro” más de muro en la frontera.
Cuando era candidato, Biden estaba en contra del muro fronterizo. Ahora anuncia más vallas en Texas.
Durante el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel celebrado el jueves en la capital mexicana, los representes estadounidenses aseguraron que lo hacen contra su voluntad, pues no consideran que sea la respuesta a la migración de personas indocumentadas, que registra cifras récord.
López Obrador destacó una vez más que Biden es el único presidente estadounidense en décadas que no ha ampliado la barrera, y dijo haber reiterado a Blinken que, más que “medidas coercitivas”, se requiere “atender las causas” que obligan a la gente a migrar.
“Yo creo que no se van a construir (más tramos), entre otras cosas porque así suele pasar en México y otros países”, afirmó sin ampliar su argumentación.
Sin embargo, reiteró que el motor de estos debates es la campaña para las elecciones de 2024, en las que Biden buscará un segundo período. “Estamos conscientes de que se están dando estas relaciones en momentos complicados, complejos, por las elecciones”, sostuvo, al reiterar que en Estados Unidos viven 40 millones de personas nacidas en México o de origen mexicano que no votarán por candidatos que pretendan convertir al país en una “piñata”.
Al defender la decisión de renunciar a 26 leyes federales en el sur de Texas para permitir la construcción del nuevo tramo de muro adicional en Texas, Biden sostuvo que no tenía más remedio que usar el financiamiento de la era Trump para la barrera para detener la migración ilegal desde México. Pero cuando se le preguntó si esos muros funcionan, fue terminante: “No”.
La nueva construcción fue anunciada en junio, pero los fondos fueron apropiados en 2019 antes de que el presidente demócrata asumiera el cargo. Biden dijo que intentó que los legisladores redirigieran el dinero, pero el Congreso se negó, y la ley exige que los fondos se utilicen según lo aprobado y que la construcción se complete en 2023.
“El dinero fue asignado para el muro fronterizo”, dijo Biden. “No puedo impedirlo”.
El presidente tomó su decisión cuando el gobierno tiene dificultades para gestionar el creciente número de inmigrantes en la frontera y en el resto de Estados Unidos. Los líderes demócratas de Nueva York, Chicago y Washington están pidiendo ayuda federal para gestionar el creciente número de inmigrantes en sus ciudades y la administración federal acaba de anunciar que reanudará la deportación de inmigrantes a Venezuela.