Por: Isaac Ramírez
Al borde de la excelencia, con el arquitecto Toni Kroos al frente y con la electricidad de Jamal Musiala, Floriant Wirtz y Kai Havertz, Alemania presentó sus credenciales como candidata al título de la Eurocopa 2024 tras pasar el rodillo ante Escocia (5-1), ganadora en el duelo de aficiones y arrasada en su estreno en la Eurocopa por una selección cautivadora.
El combinado germano vivió noche perfecta en el debut de la Euro en el Allianz Arena. Los hombres de Julian Nagelsmann andaban preocupados por la falta de calor de su público, completamente superado por la efusividad de la afición escocesa en las calles y cervecerías de Múnich.
Hasta Julian Nagelsmann e Ilkay Gündogan tuvieron que hacer un llamamiento a su país para unirse en torno a un equipo con hambre de títulos después de una década sin meter trofeos en sus vitrinas.
Nagelsmann no ha tenido mucho tiempo para armar un bloque después de sustituir hace meses a Hansi Flick en el banquillo de Alemania. Algo fallaba en el conjunto germano, errático y con poca identidad.
Una de las soluciones la encontró en una llamada telefónica a Toni Kroos. Convenció al ya exjugador del Real Madrid y todo cambió. La pausa que imprime el centrocampista alemán era clave.