Hace exactamente un año, Gustavo Petro logró una hazaña inédita en Colombia: llevó a la izquierda al poder.
El ahora presidente se abanderó de promesas de cambio. Si los primeros meses estuvieron marcados por una buena dinámica con su reforma tributaria, las últimas semanas han puesto a su Gobierno a tambalear, con una acumulación de escándalos y la incapacidad de hacer avanzar sus reformas en el Congreso.
Gustavo Petro fue elegido presidente hace un año con las banderas del cambio, de la paz total, y de una mayor justicia social.
«A partir de hoy Colombia cambia, Colombia es otra», dijo Petro en su discurso tras la victoria.
En los primeros meses de su mandato, el presidente empezó con su proyecto de ‘paz total’. Reanudó el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla activa más longeva de Colombia, y con las disidencias de las FARC para poder concretar un cese de las hostilidades.
Poco después de tomar posesión, Petro también reanudó las relaciones con Venezuela. La frontera entre ambos países se reabrió, los embajadores tomaron sus funciones —Armando Benedetti en Caracas y Félix Plasencia en Bogotá—, y el presidente colombiano también se reunió varias veces con su homólogo Nicolás Maduro.
Además, logró llevar a cabo su reforma tributaria, que prevé recaudar cerca de 20 billones de pesos en el primer año y finalmente llegar a los 50 billones para invertir en gasto social. Uno de los principales logros del Gobierno.
Sin embargo, a medida que pasaban los meses, la gobernabilidad de Petro se ponía en la cuerda floja. En la actualidad, no ha conseguido reunir los suficientes apoyos para hacer pasar sus otros proyectos de reforma. Además, su Administración está tocada por varios escándalos y su proyecto de ‘paz total’ no ha tenido todos los efectos deseados.
Un sondeo del 2 de junio del instituto Invamer daba cuenta de su popularidad más baja desde el inicio de su mandato, con una aprobación del 33,8 % y una desaprobación del 59,4 %.
«Las encuestas dicen que la aceptación de Petro es baja y eso deja mucho que desear, pues, apenas va a cumplir un año en el poder. Su imagen se ha desgastado por todo lo que ha ocurrido en el Gobierno», dijo en una entrevista con EFE el exsenador izquierdista Jorge Robledo.
Este martes, la oposición colombiana saldrá a las calles en varias ciudades del país para protestar contra el Gobierno de Petro, sus reformas y sus recientes escándalos.
Una agenda reformista atascada
Petro ahora lucha para lograr hacer pasar sus reformas de la salud, pensional y laboral.
La reforma de la salud fue presentada el 13 de febrero y aunque generó mucha controversia en el país, el presidente no la da por perdida y defiende la propuesta. Esta busca llevar la atención médica a todo el territorio colombiano y fortalecer la prevención de enfermedades, entre otras propuestas. Actualmente, muchas de las regiones más aisladas del país no tienen centros médicos cercanos y carecen de material y profesionales.
El presidente carece de mayoría legislativa. Ahora mismo, según un recuento de EFE, la coalición de Petro se quedó sin mayoría en el Senado y depende de los liberales en la Cámara de Representantes. El mes pasado, el Partido de la Unión por la Gente (conocido como Partido de la U) abandonó la bancada del Gobierno y se declaró independiente. Una salida que siguió la de los conservadores unas semanas antes y que hace aún más difícil para Petro avanzar en sus reformas.
Una crítica común contra el Gobierno es su inestabilidad y la falta de dirección de sus decisiones. Así, desde el inicio de año, varios miembros importantes de su Gobierno se han ido porque no estaban alineados con la dirección política del presidente, como el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo; la ministra de Agricultura, Cecilia López, o el ministro del Interior, Alfonso Prada. Mientras que Petro también ha optado por profundos cambios en su gabinete.
«El Gobierno tiene que tener claro para dónde va y parece que no tiene claro para dónde va; si el Gobierno da bandazos y da señales de que un día va para un lado y otro día va para el otro, lo que hace es alimentar la incertidumbre y con incertidumbre las políticas públicas se hacen mucho más difíciles de aplicar», dijo el viernes el expresidente Juan Manuel Santos en la Convención Bancaria desarrollada en Colombia.
Escándalos cercanos a Petro
Al ruido que provocó la salida de los ministros se sumó el de otros despidos. Recientemente, como consecuencia de un escándalo, el presidente sacó a dos personas de su círculo cercano: Laura Sarabia, la exjefa de gabinete y mano derecha de Petro, y Armando Benedetti, exembajador de Colombia en Caracas.
Fuente: France24.com
