por: José Mayorca
El papel y los aportes de las mujeres en la historia universal han sido decisivos y a pesar de cierta desatención, cada vez se observa una mayor fuerza el estudio y determinación de su importancia.
Desde la primera que se tiene noticia en la Grecia antigua, la saga femenina se despliega abierta y poderosamente a pesar del silencio que la cubre.
Hacia los años ochenta, el grupo de activistas y artistas Guerilla Girls advertía que en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, menos del 4% de la representación en las secciones de arte moderno eran mujeres artistas, mientras que el 86% de los desnudos eran femeninos.
Con ellos señalaban el soslayo hacia el tema en el curso de la historia, donde se adjudicaban valor solo al cuerpo desnudo de la mujer y no al talento que pudiesen manifestar. Este es un proceso que se aprecia históricamente y es imperativo estudiarlos
Trazamos un mapa de la creación artística venezolana: sus relieves, vértices, sus altos y bajos, matices, matrices temáticas, aristas.
Lo esencial es que todas han adquirido su lugar correspondiente y muchas continúan prácticamente en el olvido.
Son mujeres con exposiciones significativas y trayectoria definidas pero, pero sin el reconocimiento que merecen. Algunas de ellas han tenido actuaciones significativas en movimientos pioneros como el Círculo de Bellas Artes y el Taller Libre de Arte; han construido sólidos discursos que las calificarían en posiciones influyentes, pero con poca visibilidad.
El rol desempeñado por mujeres ha conducido a momentos gloriosos en las artes gráficas, la cerámica, la pintura, la fotografía, el video arte, la escultura, los conceptualismos, el arte nacional.
De eso se trata: apuntamos a la necesidad de abrir espacios a investigaciones aún no atendidas plenamente, pero con sustratos muy profundos de información por venir, por renovar, por considerar a la luz de reflexión histórica, contextuales, artísticas o procesales.