El gobierno de Corea del Sur tiene un programa dedicado a las personas de la tercera edad quienes no pagan pasaje y les sirve de distracción.
Viajar en metro es un trámite de la vida diaria para millones de personas. Una forma de llegar de un punto A hasta un punto B con relativa facilidad y a un precio razonable.
En Corea del Sur el metro es, además de un modo de transporte, una forma de distracción para miles de personas de la tercera edad que no pagan pasaje.
Les dicen Jigong Geosa (un término derivado de la frase “metro gratis” en coreano) y representan el 15 por ciento de los pasajeros que usan el metro cada año en Seúl. Victoria Kim y Chang W. Lee, periodistas del Times, recorrieron 76 estaciones del metro de la capital surcoreana para conocer a estos pasajeros.
Algunos duermen la siesta, leen, socializan. Otros solo viajan sin rumbo fijo por todas las líneas hasta que llega la hora de regresar a sus hogares. Reportan que salir de casa les hace bien y, en tiempo de calor, el aire acondicionado del metro los mantiene frescos.
“Para mí es un oasis”, dijo en la nota Park Jae-hong, un pasajero de 73 años que considera que viajar en los trenes resulta una oportunidad para relajarse y meditar. Pero Corea del Sur está envejeciendo rápidamente y las autoridades se preguntan si el beneficio tiene sentido cuando el 17 por ciento de los habitantes de Seúl están en el rango de edad que viaja sin pagar.
“¿Por qué intentan eliminar esta fuente de felicidad?”, preguntó Kim Ho-il, presidente de la Asociación de Ciudadanos Mayores de Corea. Kim, reportó la nota, también señalaba que el pasaje gratis hace que el gobierno ahorre gastos en salud para los adultos mayores, que se conservan más activos y estimulados pues en el metro hallan motivos para arreglarse, salir de casa y socializar.
En un ensayo de Opinión reciente, el médico Dave Chokshi reflexiona sobre cómo la mayor inquietud de las personas mayores no es necesariamente llegar a los 100 años, sino “envejecer con independencia y dignidad”.
No obstante, el doctor asegura que, en muchos países, la conversación pública sobre el envejecimiento “no refleja esta realidad básica sobre qué es lo que valora la gente en su vida” y plantea que las sociedades deberían enfocarse en la esperanza de vida, pero saludable.
Si decir que la edad está en la mente es un cliché, la ciencia ofrece algo de respaldo: los expertos han descubierto que tener una mentalidad positiva está relacionado con un mejor envejecimiento y se asocia con una presión arterial más baja, una vida en general más larga y saludable, así como un menor riesgo de padecer demencia. Aquí hay algunos consejos para aprender a aceptar que el tiempo no se detiene. |