Subrayamos la urgente necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera internacional y de un enfoque más inclusivo y coordinado de la gobernanza financiera mundial”, apuntó la declaración final, aprobada el sábado en la capital cubana.
“Notamos con profunda preocupación que los principales desafíos generados por el actual orden económico internacional injusto para los países en desarrollo han alcanzado su expresión más aguda en la actualidad debido, entre otras cosas, a los persistentes efectos negativos de la pandemia de la COVID-19”, han argumentado.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha intervenido en el acto de clausura de la cumbre: “Hay grandes transformaciones en marcha y no pueden ser moldeadas por un puñado de economías ricas, reeditando la relación de dependencia entre el centro y la periferia”.