La periodista y escritora venezolana, Karina Sainz Borgo, autora de ‘La hija de la española’, tuvo la gentileza de conversar con el periodista de este diario digital, manifestando su opinión y apreciaciones personales sobre distintos aspectos de la vida venezolana.
‘La hija de la española’, la novela creada por la venezolana, Karina Saiz Borgo, publicada en 22 países, ha estremecido a miles de lectores que comparan con una distopía, una atmósfera apocalíptica, pero su escenario no puede ser más real: Venezuela. Karina Sainz Borgo (Caracas, 1.982) ha escrito una «novela política, pero no politizada», explica.
A la autora, residente en España desde 2.006, le ha costado años encontrar el equilibrio para canalizar lo que sucede en su país «sin echar hiel». El dolor era demasiado fuerte.
La novela narra cómo Adelaida Falcón, una correctora de una editorial extranjera que acaba de perder a su madre, se ve atrapada en una situación descarnada que le empuja a decidir entre la moral y la supervivencia.
En su gira europea se ha encontrado que hay una «enorme confusión con lo que sucede en Venezuela«. Le sorprendió que «aquella erótica del buen revolucionario» esté todavía viva en algunos lugares. «Hay gente que lee la novela y asume que es algo demasiado visceral; pero no conozco otra cosa que no sea la violencia. He crecido en una sociedad muy violenta».
Al final, «la gente acaba conectando con la historia que no es solo política, hay muerte, violencia, pérdida», cuenta la autora que acaba de regresar de presentar su obra en Estados Unidos y participará a finales de mes en La Feria del Libro de Miami.
Karina calla y piensa ante de comenzar su apreciación sobre Venezuela, y señala que “veo el futuro de Venezuela muy incierto. Cada día me preocupa más. El tiempo se acaba. Juan Guaidó, que era quién constitucionalmente podría convocar elecciones terminó su mandato en forma abrupta, envuelto en una polémica de presunta corrupción y magnificada por el régimen, para sacar provecho. Es un momento bastante oscuro. La posibilidad de que el régimen se perpetúe es bastante alta y la ciudadanía cada vez está más desesperada. Eso canibaliza.
Interrogada acerca de qué le diría a Maduro, manifestó en forma tajante “Nada. No se merece ni una palabra. ¿Recuerdas la película argentina El secreto de sus ojos? [Maduro] No se merece ni la bandeja de comida.
Dijo en relación al libro que le gustaría haber escritoque “sueño con escribir la novela violenta perfecta en clave metafórica, pero me encantaría haber escrito Léxico Familiar, de Natalia Ginzburg, pero me parecería demasiado pretencioso por mi parte.
Igualmente expresó que existe un libro que la cambió totalmente su vida como es El Quijote. En Latinoamérica no leemos tanto obras españolas como se creen. Al leerlo descubrí que ahí estaban todas las respuestas. Es una novela total. Vuelvo mucho a los entremeses de [Miguel de] Cervantes, y me colocan en situación y añadió que “Hay una enorme confusión con lo que sucede en Venezuela”
Ahondando en su vida personal, le preguntamos ¿Qué libro le regalaría a un niño?, y respondió Danny, el campeón del mundo de Roald Dahl, me gusta porque trata a los chicos como adultos.
Señaló además cuál había sido su momento más feliz en su vida y respondió “no siento que hubo una etapa más feliz. Obviamente la infancia es siempre el entorno de la felicidad, nací en Caracas, pero me crie en Aragua y crecí comiendo frutas y persiguiendo animales. Mi segunda infancia fue cuando llegué a Madrid. En Malasaña fui muy feliz [risas].
Interrogada en relación a sus padres, sobre todo cuál había sido el mejor consejo que le dio alguno de sus padres, dijo lo siguiente “son dos. Mi mamá ‘quien bien te quiere te hará llorar’ por eso de educar en la verdad y mi papá ‘lo que se comienza siempre se termina’, siempre los he tenido muy presentes”.
Durante todo este tiempo fuera del país, lo que más le ha perturbado el sueño es su familia en Venezuela. Consciente de la grave situación que se vive actualmente y porque cada día más se agrava.
Karina hace un poco de catarsis y nos habla de sí misma y acota que un aspecto de su vida que le gustaría cambiar es su impaciencia, la cual la lleva a cometer torpezas. En cuanto a los galardones ha recibido en su carrera profesional, dijo que “sirven para comprar tiempo para poder seguir escribiendo”.
En cuanto al trabajo que está realizando indicó que “me siento muy orgullosa, sobre todo de llegar hasta aquí y seguir trabajando en mi profesión, el periodismo no es nada fácil. Me siento orgullosa de no haber claudicado.
Preguntada acerca de si tiene un lugar en particular que la inspire, dijo que “el cielo de Madrid y El Ávila caraqueño. La ópera sería el punto intermedio.
Intrigados acerca de su vuelta a la patria de donde salió hace 13 largos años, dijo que “el 12 de octubre hace 13 años que vine a España. Siempre he dicho que yo no me fui, mi cabeza sigue allí, espero volver algún día, volveré, pero lo que no creo es que me quede. Ya no me parezco a ese país, somos como parientes que tenemos algo en común pero no nos parecemos”.