Félix Carmona / CNP: 4.188
Con un discurso de corte popular en un video donde el presidente de Estados Unidos, Joe Biden anuncia su candidatura a la reelección, hace énfasis para “terminar el trabajo”, que no es nada vedado que es acabar con la carrera política y evitar el retorno de Donald Trump a la presidencia de la república estadounidense. Pero más que sacarlo del poder, lo que se busca es su muerte política e impedirle aspirar al cargo en cuatro años.
Ya Biden advertía en el 2020 “si damos a Trump ocho años más en la Casa Blanca, alterará para siempre el carácter de esta nación”. Y ahora nuevamente con frases intercaladas en sus discursos habla de “Libertad”, para defender la libertad personal, derechos civiles, frente a unos “extremistas del MAGA”, los grupos ultras agrupados bajo el lema “Make América great again”, que vinculan a Donald Trump.
El primer mandatario norteamericano acusa a esta organización de “querer recortar la Seguridad Social, mientras bajan los impuestos a los ricos; prohibir los libros, dictar las decisiones que las mujeres pueden tomar sobre sus cuerpos y decirle a la gente a quien puede amar”.
Pero Biden no las tiene todas consigo ya que a través de un discurso “populachero” promete apoyo a los desfavorecido, a la población negra, abriendo las fronteras a una migración indiscriminada, dañina a la sociedad norteamericana, y estimulando a la comunidad LGTBI+, la ideología de género, al tiempo que denuncia el asalto al Capitolio o la sentencia del Supremo contra el derecho al aborto, pero estos puntos no caen bien en la sociedad estadounidense.
Por su parte Trump, de 76 años de edad, a pesar que enfrenta 91 cargos en cuatro cortes, acusado formalmente de varios delitos como manipular documentos clasificados, de presentar documentos en la demanda que contenía “declaraciones materialmente falsas” como que personas menores de edad, fallecidas o que se registraron ilegalmente, habían votado en las elecciones; no baja en popularidad, sino que sigue ascendiendo (76% de aceptación) para optar a la candidatura a la Presidencia de la República por el partido republicano.
Pero Donald Trump sufre de incontinencia verbal y sus declaraciones al no medir sus palabras, le ocasionan problemas serios a veces, como las pronunciadas que lo llevaron a esta situación, donde señaló que el juicio político orquestado en el Senado con miras a su destitución no es más que una «cacería de brujas».
Ante su ligereza recientemente ha moderado el tono y condenó la violencia durante el asalto por parte de sus seguidores al Capitolio el 6 de enero. Y esto se refleja en el llamado que hizo a sus seguidores de «luchar como demonios», pero de forma pacífica, lo que para muchos constituye un mensaje ambiguo.
Las últimas encuestas realizadas le son adversas al actual mandatario, donde se evidencia que “siete de cada diez estadounidenses no quieren que Joe Biden vuelva a presentarse”. Inclusive dentro de las filas demócratas no simpatizan con su reelección. Otra de sus flaquezas y de la cual no habla es su edad. De ganar las elecciones, para el 2024, tendría 86 años, un electorado que en un 70% –incluyendo más de un 50% de los votantes demócratas– hubiera preferido otro aspirante en el bando progresista, según las últimas mediciones. En los sondeos, la mitad de esa población reticente citó la longevidad del líder como factor clave en su contra, así como su caminar inseguro, su poca atención y “quedarse dormido” en actos y eventos
Ante estas revelaciones hechas públicas, Donald Trump arremetió contra Joe Biden con su estilo característico y difundió enseguida una especie de compendio de las acometidas y acusaciones tremendas que suele dirigir contra el demócrata a la par que advierte a los votantes del Apocalipsis asociado a su continuidad. “Biden es el presidente más corrupto de Estados Unidos (…) Somos como un vertedero, con ciudades invadidas por millones de inmigrantes ilegales (…), personas sin hogar, drogadictos y delincuentes violentos (…) Gracias a la calamidad del gasto socialista de Biden, las familias estadounidenses están siendo diezmadas por la inflación, los bancos fallan, el dólar se derrumba”… En suma, lo más próximo al fin del mundo.
Trump se ha convertido en la piedrita en el zapato de Biden, y lejos de su mensaje “terminar el trabajo”, es decir “acabar con Donald Trump”, el republicano crece en las encuestas y en la aceptación del pueblo norteamericano que ve en él, el adalid o el gran líder que evitaría que la primera potencia mundial caiga en manos de los comunistas, que apoya la actual corriente demócrata.
Hasta ahora el líder republicano ha sobrevivido la gigantesca ola de acusaciones, unas provocadas por sus mentiras, otras por su violencia verbal, por sus decisiones desacertadas durante su período presidencial, situaciones normales durante un mandato polémico y agresivo, pero si sobrevive y políticamente toma las riendas de su candidatura, será su gran victoria sobre todos sus detractores.
