En relación a la primera versión de este trabajo (diciembre del 2021) pretendo evidenciar que en estos años no ha cambiado la relación entre el secuestrador y el secuestrado. Un cambio solo se ha operado y es en los indicativos de pobreza y de hambre extrema, los cuales han aumentado.
Deseo retomarlo porque me alarma que lo allí planteado, en alrededor de dos años no ha cambiado absolutamente nada. Aquellas personas que gobiernan países en estado de pre fallidos o pre canallas son las mismas y con los mismos intereses. Estos no han cambiado. El único cambio, hélas, es que una nación, una superpotencia considerada así, bien sea por sus adelantos científicos, especialmente en el sector aeroespacial o por sus enormes riquezas naturales se unió a ese deplorable club de países, a los cuales el mundo los caracteriza por sus bajos instintos, es la Federación Rusa.
Veamos algún ejemplo del comportamiento de esos países hoy insertos en el tablero de las relaciones internacionales. En ese escrito (2021) hacía referencia al gobierno de Israel, que alertaba de los peligros que los estados fallidos o países canallas son para para el desarrollo pacífico y libre de las naciones.
En ese caso, el ex primer ministro israelí, Sr Yapi se refería a la República islamista de Irán, país que por razones geopolíticas y religiosas mantienen una encendida discusión y en ciertos momentos no extraña a la violencia.
La administración Israelita alertó sobre la creciente influencia que la Republica Islamista de Irán está llevando a cabo y según él, con hechos muy concretos en países débiles políticamente, pero muy fuertes en cuanto a la represión, la cual utilizan como instrumento para mantenerse en el poder, mencionando las relaciones privilegiadas que mantiene ese país musulmán extremo con la dictadura venezolana. En este caso no puedo dejar inobservado el rapport privilegiado entre el gobierno iraní y el ex ministro y hombre fuerte del régimen chavo madurista y quien hoy es motivo de fuerte controversia, Tareck El Aissami.
El régimen iraní, en el poder desde el año 1978, es uno de los cinco países que la comunidad internacional considera que marchan por el mundo con esas características.
Como hecho conocido es la complicidad de la República de Irán en la burla que hace Nicolás Maduro de las sanciones impuestas por la Unión Europea, los Estados Unidos de América y el Canadá, con el fin de presionar a la dictadura en la búsqueda de una solución, basada en elecciones limpias. Soluciones estas que sean aceptadas como tales por el concierto de las naciones y así detener la grave crisis social que se manifiesta diariamente en una diáspora que no cesa de crecer y del estado de pre-hambruna que vive el 90 % de la nación venezolana, nación esta, que como todos sabemos tenía una distribución de riqueza en el límite de lo aceptable hasta el inicio del siglo XXI, que aún hoy y no obstante el persistente desmantelamiento de las estructuras sociales y físicas, ocurrido durante estos últimos 23 años, afortunadamente para este manso pueblo una inmensa parte de esa riqueza natural yace enterrada en esta bondadosa tierra.
Esa nación, igualmente soberana hasta ese entonces, el año 1999, cuando fue objeto de un secuestro de bienes y personas con la modalidad “Non Stop”. El número de pobres en 2021 llegó a 65,2%, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello (Encovi) Según otras fuentes consultadas www.es.statista.com en 2021, aproximadamente 3 de cada 4 venezolanos se encontraban en situación de pobreza extrema. A partir de la crisis de inflación y escasez, Venezuela registró un aumento en la población en estado de pobreza extrema desde 2014. Pasando del 25,2% en ese último año a 76,6% en 2021. Por último podemos decir que según un estudio, Índice de la miseria realizado por investigadores sociales que tienen como fuente científica la ley de Okun, los indicadores de inflación, pobreza y empleo, estos datos proyectan a Venezuela como la segunda economía «más miserable» del mundo en 2023 con 164 puntos.
Desde 1999 hasta el día de hoy, Chávez primero, Maduro y un grupo de apátridas después, con la complicidad del ejército y debo, por obligación ético moral decirlo, con el apoyo de pseudos dirigentes de oposición, continúan en la ejecución de este magno delito.
Concuerdo con la apreciación de muchos gobiernos e instituciones internacionales de la debilidad de países con regímenes dictatoriales. Agregando que son débiles geopolíticamente ya que sin el soporte de estas super potencias, tales como Rusia y China y de países de importante desarrollo militar y de espionaje, como la Republica islamista del Irán, estas dictaduras serian parte de la historia. Me refiero concretamente al caso de Venezuela y de ahora más recientemente, al de Nicaragua.
Dejo por último a Cuba, la Cuba de los habilidosos comunistas quienes primero libaron la sangre de la Unión Soviética, pueblo pobre también él y cuando esta desapareció, vieron como la tabla de salvación a un pobre rico país: la Venezuela de Chávez. Con la ascensión del comandante eterno, Fidel, cual encantador de serpientes, sin turbante pero con espesa barba, logró el negocio del siglo: cambiar espías, falsos médicos, una super estructura represiva, por metales preciosos y estratégicos (oro y coltán) más 100.000 barriles de petróleo crudo por día y productos derivados como gasolina y diésel, entre otros.
Y a través de esta consecución de hechos y políticas, Venezuela de la mano de Fidel, entra en ese mundo perverso que la antropología moderna denomina delincuencia organizada transnacional, un concepto que implica la ejecución de múltiples actividades ilícitas, cuyas consecuencias presentan una amenaza para cualquier sociedad, socavando seriamente sus estructuras sociales, políticas y económicas, tal cual ha venido ocurriendo en Venezuela desde el inicio mismo de la toma del poder por Chávez, convirtiendo a la rica nación y muy cerca de alcanzar niveles de desarrollo cercanos a los de Portugal en el 1978, en una nación que en poco tiempo pasa a convertirse hoy en un estado fallido y socialmente en estado de pre hambruna.
Pero veamos brevemente la definición de estados fallidos. Para Noam Chomsky, el profesor del MIT, icono viviente de los “progre” americanos y de los grupos conocidos como “radical chic” del mundo occidental, “son los que carecen de capacidad para proteger de la violencia a sus ciudadanos, llámese esta física o alimentaria y se consideran más allá del derecho”, por lo que en el caso de Venezuela no me cabe la menor duda, que este ¿ex país? debe ser incluido en los países que están dentro de esta definición del pensador y autor americano, (muy admirado por Chávez) siendo la nación venezolana dominada por un régimen no solo autoritario, el cual irrespeta los derechos humanos, al practicar comúnmente detenciones ilegales y mantener como política de estado la aplicación de la tortura como método sistemático en la fase pre y post de los interrogatorios, sino que además como demostrado que propicia el terrorismo, al convertirse en financista y proveedor de armas para estos grupos criminales del subcontinente americano.
En la actualidad, 5 países son considerados estados canallas: Corea del Norte, Cuba, Irán, Irak y Libia.
“Una variable que ha adquirido mayor relevancia en el análisis, desde finales de los noventa y comienzos de nuestro siglo, se refiere a la cuestión de la soberanía territorial: si un Estado cede el control de una parte de su territorio, por lo general, a grupos paramilitares o a bandas delictivas que imponen condiciones de constante terror a sus habitantes, y no lucha por recuperarlo, entonces califica como Estado fallido”. Este último párrafo lo copio del editorial del diario de Caracas “El Nacional” del día 26 de diciembre del 2021, firmado por su editor Miguel Enrique Otero. Me parece igualmente pertinente recordar el trabajo por mi escrito al inicio del pasado año, titulado “El peligro de la desintegración en Venezuela”, (1) por el cual alertaba a la comunidad internacional democrática y libre de ese peligro, aún vigente como nunca antes, que con los días ha pasado del nivel de alerta al de plena ejecución.
Ejemplo de ello es la extradición hacia los Estados Unidos el 16 de octubre del 2021 de un personaje, vivo ejemplo de la delincuencia sostenida por las estructuras políticas y jurídicas de los estados fallidos y de forma muy importante por parte de la Federación Rusa, al convertir la tierra de Piotr Ilich Chaikovski, el compositor del Lago de los Cisnes y su sistema financiero, en un vulgar blanqueador y aun peor, cómplice del robo de los dineros del pueblo venezolano.
Me refiero a Alex Saab Moran, un delincuente colombiano con un irregular pasaporte diplomático y un ficticio nombramiento como embajador extraordinario y plenipotenciario de Venezuela, buscando inmunidad en la consecución de sus actividades criminales al servicio de la familia presidencial residente en Fuerte Tiuna, así como de grupos terroristas de Colombia y del medio oriente, tales como el movimiento Hezbollah.
Según un análisis que hiciera para el diario New York Times el periodista Jeremy McDermott (InSight Crime) y publicado el 17 de julio de 2018, ya para ese entonces y desde mucho tiempo atrás, “Venezuela se había convertido en un centro regional del crimen con graves y profundas consecuencias para América Latina y otras regiones del mundo. Además, con la irregular reelección de Nicolás Maduro el 20 de mayo del 2018, las raíces del crimen organizado en el país sudamericano, se extendieron aún más.
La lealtad del Ejército que cuenta con más generales que todos los países agrupados en la OTAN (2.104 para el 31 de diciembre del 2022) aseguró que el presidente pudo eludir a la Asamblea Nacional controlada por la oposición, al reprimir a los manifestantes y montar una elección presidencial irregular en el mes de mayo, con lo que obtuvo seis años más en el cargo. El último resquicio democrático se desplomó”, sentenció Mc Dermott en el año 2018.
Ahora bien, Maduro se mantiene en el poder gracias a un sistema que, según antes se sospechaba, ya hoy existen serios indicios de sus vínculos criminales, pero no solo como lo afirmaba el diario neoyorquino casi 4 años antes, ya que es público y notorio que Maduro, asistido por una clica de delincuentes disfrazados de militares y con el asesoramiento de la cúpula cubana, estaría involucrado en actividades de narcotráfico internacional. De hecho el ex jefe de los servicios de inteligencia venezolanos, el general, en situación de retiro, Hugo Carvajal Barrios, tanto de Chávez como de Maduro, está detenido en la cárcel de Estremera en Madrid a la espera de ser extraditado hacia la ciudad de Nueva York acusado de complicidad en el tráfico de sustancias psicotrópicas y estupefacientes. Los abogados de Carvajal han apelado a la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo en Francia la sentencia firme del reino de España de extradición hacia los Estados Unidos de América.
Pero en este análisis, que persigue ayudar en el conocimiento del mundo que Venezuela no solo es un estado fallido, también canalla, recuerdo que el 20 de marzo del año 2020 el ministro de Justicia americano (Fiscal) presentó una denuncia ante la Corte Federal del distrito sur de la ciudad de Nueva York por la cual acusaba a Nicolás Maduro de haber negociado cargamentos de varias toneladas de cocaína producida por las FARC y el ELN de ordenar al jefe operativo del partido del régimen, el PSUV dirigido por otro solicitado por las autoridades judiciales, el ex capitán Diosdado Cabello, de gestionar la entrega de armas pertenecientes al ejército venezolano a ese grupo terrorista.
Igualmente el Fiscal General de los Estados Unidos acusa a Maduro Moros de asociación para delinquir con el ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández, hoy recluido en el Metropolitan Detention Center, una cárcel federal de la ciudad de Nueva York, así como con otras altas autoridades de la República de Honduras de facilitar el tráfico de drogas a gran escala para ese momento.
Por otra parte los EE.UU. consideran que Maduro en combinación con el ex ministro del petróleo Tareck El Aissami han colaborado históricamente con la guerrilla colombiana de las FARC y del ELN, estos como proveedores de las drogas y donde Irán y Siria serían los países instrumentos para el lavado del dinero proveniente de las drogas, de los crímenes ecológicos y del robo de minerales estratégicos, así como el blanqueo del dinero proveniente de la diaria apropiación de los dineros del erario público venezolano.
Como podemos leer apreciados lectores, en estos casi dos años, desde el primer análisis al día de hoy, nada ha cambiado. ¿ La ilusión de unas hipotéticas elecciones pidiéndole a la virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, que los rectores del CNE se comporten como unos hombrecitos buenos y honestos ? La historia está llena de milagros.
Bueno perdón, como vimos antes con cifras, lo que sí ha aumentado es el hambre, sí sin duda alguna, el hambre si ha aumentado, así como el no consumo de proteínas en nuestros niños y jóvenes también ha aumentado (solo consumen el 9 % de lo requerido diariamente).
El número de jóvenes en Venezuela en los próximos 10 años con el “Trastorno del desarrollo intelectual», (así se llama ahora el retraso mental) será inmensamente alto. Esta realidad me apena y me entristece.
(1)https://elvenezolanonews.com/el-peligro-de-la-desintegracion-en-venezuela-por-raul-ochoa-cuenca/