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Roberto Roena de bailarín a director de orquesta

Desde sus inicios y hasta su desaparición física siempre dejó constancia de un gusto musical excelso una guataca extraordinaria y una capacidad interpretativa fuera de lo común.

por: José Antonio Aguirregomezcorta Gragirena

Roberto Roena Vázquez nació en Mayagüez, Puerto Rico un 16 de enero de 1940 y falleció de un infarto tal día como hoy 23 de septiembre, pero de 2021 en Carolina, Puerto Rico. Fue el  bongosero por antonomasia de Fania All Stars.

En general, fue un excelente percusionista, un formidable bailarín de Salsa y  director de orquestas. Es uno de los máximos mitos de la salsa y en mi criterio está en el top 3 de los mejores bongoseros de este género musical de todos los tiempos.

Cuando contaba con nueve años de edad, su familia se radicó en Santurce donde los hermanos continuaron puliendo sus rutinas de mambo y chachachá, deleitando al público asistente a concursos de talento. Ello permitió su contratación para presentarse semanalmente en el programa de televisión local “La Taberna India” del Canal Dos. Posteriormente, en 1956, el maestro timbalero y director de bandas Rafael Cortijo necesitó un bongosero para el conjunto que estaba formando.

 Cortijo quería un percusionista que bailase y tocase la campana al unísono, por lo cual fue él mismo quien le enseñó a Roberto a tocar dichos instrumentos. Es así como, por siete años, Roena formó parte del afamado “Cortijo y su Combo”, con El Sonero Mayor Ismael Rivera, como cantante. Con esa agrupación, recorrieron los escenarios principales de los Estados Unidos, Europa y América del Sur. En lo sociopolítico, Rafael Cortijo y su Combo e Ismael Rivera estuvo compuesto mayormente por músicos negros, y en medio de el racismo campante de esos años (el racismo aún existe en todos lados, en ningún momento se ha diluido y menos desaparecido), esta agrupación fue la primera en lograr acceso a tarimas donde solo se presentaban artistas blancos, en y fuera de Puerto Rico. El tema “El Negro Bembón” fue grabado en una película boricua y esa fue la primera ocasión en la que los negros aparecieron en un filme puertorriqueño… Y Roberto Roena, aparece ahí.

La buenaventura del “Combo” terminó con el arresto en el aeropuerto internacional de San Juan, de su cantante estrella, Ismael Rivera, por cargos de posesión de drogas llegando de una gira por Panamá. Con la ausencia de “El Sonero Mayor”, los músicos de Cortijo se cuestionaron la posibilidad de seguir juntos, optando por separarse de su líder formándose entonces, La Universidad de la Salsa.

Según señaló el propio Roena, El Gran Combo de Puerto Rico se gestó en su casa. Sintiéndose en deuda de gratitud con Rafael Cortijo, su mentor, Roena no se incorporó al nuevo Combo de inmediato. Cortijo partió a Nueva York en busca de nuevos músicos, y a los nueve meses, Roena, quien permaneció en Puerto Rico, decidió ingresar a El Gran Combo que lideraba el pianista Rafael Ithier. El Gran Combo se convirtió en la nueva sensación de la música latina hasta este presente de 2023, y Roena formó parte del mismo hasta 1969.

Deseando ya establecer su propia orquesta, Roberto Roena formó “Los Megatones” en 1967, tocando Latin Jazz los miércoles en la noche en un club local. Pero no fue hasta dos años después, a raíz de diferencias personales con Andy Montañez, vocalista de El Gran Combo, que partió definitivamente. Fue entonces que dio forma a su orquesta, bautizada como Apollo Sound por la coincidencia del lanzamiento de dicho cohete a la Luna, el primer día de ensayo de la banda, 16 de julio de 1969.

Aun sin saber leer o escribir música, y probablemente a causa de ello, Roena supo rodearse de excelentes músicos y arreglistas. En el Apollo Sound figuraron músicos de la orquesta de Tito Puente, Cortijo y su Combo, El Gran Combo y Los Sunsets, entre otros. Algunos de los arreglistas y compositores de renombre que nutrieron su repertorio fueron Mario Ortiz, Bobby Valentín, Elias Lopés, Luis “Perico” Ortiz y Papo Lucca. Con el Apollo Sound, presentó un “nuevo” sonido al género salsero utilizando dos trompetas, un trombón y un saxofón, combinación que tomó bajo la influencia de la sección de vientos de grupos del llamado Jazz-Rock sajón (creado por Miles Davis entre 1967 y 1969) Blood, Sweat & Tears y Chicago.

Para 1971, cuando Masucci y Pacheco, en asociación con Ralph Mercado organizaron el segundo encuentro de Fania All Stars, tuvieron un dilema: ¿Qué bongocero llamar que fuese director de orquesta? El único con esa característica operaba fuera de New York y fue Roberto Roena, un casi desconocido en La Gran Manzana en esos años donde José Mangual Sr. Manny Oquendo, Rafael Marzán y Willie Bobo eran las referencias (¡Y qué referencias!) del instrumento. Se decidieron por Roena y el resto es historia ya escrita e irrepetible.

Desde ese momento y hasta su desaparición física, siempre dejó constancia de un gusto musical excelso, una guataca extraordinaria, una capacidad interpretativa fuera de lo común que lo llevó a tocar con – además del Gran Combo, Fania All Stars  y su Apollo Sound – Celia Cruz, Tito Puente, Ray Barretto, Ismael Quintana, Ismael Miranda, Ismael Rivera, Domingo Quiñones, Gilberto Santa Rosa, Marvin Santiago, Bobby Valentín, Willie Rosario El Combo del Ayer, entre otros. Fue el ideólogo de Puerto Rico All Stars, proyecto que le vendió a Franklin Gregory entre muchos más, dejando una herencia musical enorme que, por siempre, se paseará por el gusto del melómano y el coleccionista.

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