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Educación y ciudadanía en Latinoamérica / César J. Sánchez León

Educación y ciudadanía en Latinoamérica / César J. Sánchez León
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En Venezuela, solo como en pocos otros países de Latinoamérica, la educación es gratuita. Fue el presidente autócrata Antonio Guzmán Blanco, quien la decretó como además obligatoria el 27 de junio de 1870. Y fue antes que lo hicieran muchos gobiernos europeos y todos los latinoamericanos. El 3 de agosto de 1910, durante la férrea dictadura del general Juan Vicente Gómez, se publica en la Gaceta Oficial, el Código de Instrucción Pública en el cual se establece que la instrucción en Venezuela se divide en pública y privada. Hoy, la Ley Orgánica de Educación (1999), organiza el sistema educativo, dicho de manera resumida, en dos grandes sub sistemas: el de educación básica y el universitario (pregrado y posgrado). El primero lo conforman: educación inicial, educación primaria y educación media (media general, media técnica y de jóvenes y adultos). 

Toda la educación pública es gratuita menos posgrado. No es así en otros países. Y justamente y a propósito de lo antes dicho, y sin que sea requisito la gratuidad en la enseñanza, es la falta de EDUCACION la más aguda falla de la cual adolece Latinoamérica para alcanzar su bienestar y desarrollo. Los pueblos hispánicos no son ejemplos de sociedades educadas y es ahí donde está la raíz del mal en su inadecuado desenvolvimiento político, económico y social; su desacierto en ciertas decisiones colectivas, por ejemplo, distinguir entre verdadera democracia y remedo de esta. EDUCACION es facilitar el aprendizaje para obtener conocimientos, habilidades y valores en el cuerpo social y así lograr un cambio de conducta en los hábitos de las personas, en la actividad de desempeño en sus labores y en general, en la conducta social o colectiva.

Y esta tarea de educar no es fácil porque no se logra con poco esfuerzo ni en tiempos breves. Todo lo contrario: demanda adecuada planificación, constancia e inversión del Estado y de los particulares. No se logra educar correctamente a un pueblo con la simple proliferación de centros de estudio donde, muchas veces los educadores, no pocas veces improvisados, no poseen la instrucción debida acerca de lo que enseñan o la formación ciudadana necesaria para tan delicada tarea. Piénsese sobre el aserto que sostiene en cuanto que la falta de EDUCACION genera principalmente subdesarrollo y con este, casi todos los males derivados que observamos en la región hoy día. El ciudadano no termina de serlo y la ausencia del debido ejercicio de deberes y derechos trae sus graves consecuencias.

Es así como vemos que la conducción del gobierno del Estado se deja en manos del mal llamado “liderazgo político” igualmente mal educado. Ayuno de funcionarios capaces de dirigir debidamente la función pública; elegidos por pueblos que no tienen la capacidad de distinguir y menos de exigir. Naciones en la región con gobiernos que se mueven pendularmente entre democracia, si acaso formal, y la autocracia.

La falta de EDUCACION genera gobiernos deficientes y como hemos visto noticiosamente en los últimos tiempos, ascenso a la presidencia del gobierno de los Estados de hasta personajes con actitudes y vestimenta si se quiere extravagantes y de acciones conflictivas… Votamos – por ejemplo – según lo que una facción y su candidato promete, sin medir que las metas que propone son simplemente inejecutables o inalcanzables; se vota por consignas. En la década de los 90´ en un país de la región, se dio en insólito caso de declarar incapaz mental, para el ejercicio del cargo y, en consecuencia, relevarlo de sus funciones, a un Jefe de Estado por sus excentricidades intolerables en la vida pública.

No es extraño en las sociedades, aceptar el sofisma, la aparente verdad, y promocionarle como lemas en campañas electorales, sin darnos cuenta que esa conducta hasta es contraria a nuestros legítimos intereses. Esta ausencia de sencillos criterios en el ciudadano para distinguir esencialmente lo bueno de lo malo, es una de las consecuencias graves de las grandes ausencias de la debida EDUCACION en Latinoamérica. Esta no ha logrado y es su gran deficiencia, formar ciudadanos. Es decir, no ha podido lograr que los habitantes ejerciten la democracia como forma de vida, pero, sobre todo, cómo construirla para su ejercicio perenne y porqué.

Simplemente, como los miembros de la sociedad no conocen su sistema de deberes y derechos y menos como hacerlos realidad, se confía esa tarea a los políticos también impreparados y es así como todos somos pasto de la ignorancia colectiva. Porque, como decíamos varias líneas antes, no es la proliferación, casi que indiscriminadamente, de universidades y de centros de educación superior, lo que fortalece la EDUCACION de un país y logra ciudadanos de verdad. Y menos el que a cualquier actividad se le cree una universidad o centro de educación superior. Es más bien, la calidad del centro de enseñanza y su inserción y conexión con el cuerpo social lo que cuenta en la tarea de instruir; es decir, de brindar EDUCACION integral, formal como también popular o fuera del aula o proyectada, lo que vale. Es esta la que, al final, educa y evita la deficiencia principal y tradicional de los pueblos latinoamericanos y sus errores colectivos.

EDUCACION es evolución, racionalmente conducida, de las facultades específicas del hombre para su capacitación y para la formación del carácter, preparándole para la vida individual y social dijo un profesor de comienzos del siglo pasado. Es, en síntesis y al final, la tan anhelada y necesaria EDUCACION y ciudadanía que urgimos en Latinoamérica.

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