El colapso de SVB representa la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde la crisis de 2008 por volumen de activos.
En un comunicado conjunto las agencias financieras y el Departamento del Tesoro dijeron que los clientes del SVB tendrÃan acceso a “todo su dinero” desde este lunes 13 de marzo y que los contribuyentes estadounidenses no pagarán por el descalabro.
Al mismo tiempo, la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) y el Departamento del Tesoro dijeron que se harÃa la “reposición completa” a los depositantes del Signature Bank, un prestamista de nivel regional con sede en Nueva York con considerable exposición a las criptomonedas que fue cerrado el domingo tras desplomarse sus acciones.
Y en un precedente potencialmente importante, la Fed anunció que dispondrá de fondos adicionales para ayudar a los bancos a responder a las necesidades de sus depositantes, incluyendo los retiros.
“El sistema bancario estadounidense sigue siendo resiliente y contando con una base sólida”, debido en buena parte a las reformas hechas después de la crisis financiera de 2008, que introdujeron nuevas salvaguardas para la industria bancaria, dijeron las agencias.
“Estas reformas, combinadas con las medidas de hoy, demuestran nuestro compromiso a dar los pasos necesarios para asegurar que los ahorros de los depositantes permanezcan a salvo”.
Por su parte, el gobierno británico anunció que la filial de SVB en ese paÃs fue vendida a HSBC, que precisó haberla adquirido por la cifra simbólica de una libra.
“Silicon Valley Bank (UK) ha sido vendido hoy a HSBC”, indicó el Tesoro en un comunicado. “Los clientes de SVB UK podrán acceder a sus depósitos y servicios bancarios con normalidad a partir de hoy”, agregó.
Los reguladores cerraron el Silicon Valley Bank el viernes después de que los depositantes se apresuraron a retirar sus fondos de una vez. Es la segunda quiebra bancaria más grande en la historia de Estados Unidos, después de la de Washington Mutual en 2008.
Mientras tanto, las autoridades estadounidenses intervienen para rescatar a los clientes del banco SVB, que quebró la semana pasada, y tratan de contener cualquier contagio.
El pasado domingo, las autoridades estadounidenses dieron a conocer medidas radicales para rescatar en su totalidad el dinero de los clientes del fallido SVB y prometieron que otras instituciones ayudarán a satisfacer las necesidades de los clientes, al tiempo que anunciaron que los reguladores habÃan cerrado un segundo banco tecnológico.
Evitar la propagación
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió en un comunicado la noche del domingo que hará “rendir cuentas” a los responsables de las quiebras bancarias y añadió que la mañana del lunes se dirigirá a la nación para dar un mensaje tranquilizador sobre el sistema bancario.
La FDIC garantiza depósitos, pero solo hasta 250.000 dólares por cliente y por banco.
La ley federal bancaria, sin embargo, le permitirÃa al FDIC proteger depósitos no asegurados si no hacerlo puede poner en riesgo el sistema, reportó el Washington Post.
Los reguladores tomaron el control del SVB, un prestamista clave entre las empresas emergentes de Estados Unidos desde la década de 1980, tras una ola de retiros masivos de sus clientes que dejó al banco en dificultades para salir a flote por sà solo.
Horas antes del comunicado conjunto del domingo, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, señaló que el gobierno querÃa evitar un “contagio” financiero por el colapso de SVB, pero descartó un rescate de la entidad.
Tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008 y el consiguiente colapso financiero, los reguladores estadounidenses exigieron a los principales bancos que mantuvieran capital adicional en caso de problemas.
Poco conocido por el público en general, SVB se especializaba en financiar
start-ups y se habÃa convertido en el decimosexto banco más grande del paÃs por activos: a fines de 2022 tenÃa 209.000 millones de dólares en activos y aproximadamente 175.400 millones de dólares en depósitos.
La compañÃa se jactaba de tener “casi la mitad” de las empresas tecnológicas y biocientÃficas financiadas por inversores estadounidenses, lo que llevó a muchos a preocuparse por los posibles efectos dominó de su colapso.